Que el futuro de la movilidad pasa por una transición de los vehículos clásicos de combustión a otros modelos mucho más respetuosos con el medio ambiente y las emisiones es una verdad que nadie la rebate. El Gobierno de España ha puesto su mira en el 2040, fecha límite para la venta de los modelos impulsados por gasolina y diésel, paso previo a sacarlos definitivamente de las carreteras diez años después. En este horizonte aparecen como los protagonistas del futuro a corto y medio plazo los coches, camiones, furgonetas, motocicletas o autobuses eléctricos, que no dejan tras de sí emisiones contaminantes.Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer para que estos modelos representen la principal vía de movilidad de los conductores; en al actualidad, y atendiendo a los datos de la Dirección General de Tráfico, en Burgos hay 235 vehículos con esta característica frente a un parque móvil formado por más de 193.000, lo que deja una proporción de uno por cada 821 (el 0,12% del total).

La presencia de puntos de recarga crece año tras año -actualmente hay 129 conectores en 45 ubicaciones dentro de la provincia- pero la gran mayoría son privadas (hoteles, centros comerciales o paradores...) y de poca potencia, lo que provoca que la carga que se consigue sea ínfima. Usuarios como profesionales centran el foco de tan escasa presencia en dos puntos: la falta de ayudas económicas o bonificaciones por parte de las administraciones a la hora de adquirir uno -son más caros que los ‘tradicionales’- y la poca preparación de las ciudades y vías de comunicación a la hora de albergar estos vehículos, sobre todo por la falta de puntos de recarga. «Necesitamos campañas para incentivar la compra o más ubicaciones donde conectarlos.En el Plan de Movilidad no viene nada al respecto», indica Carlos Arce, presidente de la patronal de los concesionarios Aconauto en Burgos.Explica que en otras comunidades como La Rioja o el País Vasco sí se han decidido a impulsar su presencia, liberando del pago de zona azul a estos conductores o eliminando el impuesto de circulación.

(Más información y testimonios, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)