Una viola errante y justiciera

ALMUDENA SANZ
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Enrique García Revilla publica la novela juvenil 'Maldición de un lutier vienés', una historia de aventuras y fantasía que permite acercarse a algunos afamados compositores de música

El profesor y músico Enrique García Revilla sujeta un ejemplar y una viola en la puerta de la Coronería, uno de los escenarios del libro. - Foto: Jesús J. Matías

Un asesinato con consecuencias insospechadas, una viola excepcional, una sucesión de muertes inexplicables y una condena que se mantiene casi 200 años avivan Maldición de un lutier vienés, la primera novela juvenil de Enrique García Revilla, ya en librerías. El estrangulamiento de Matthias Guhr, un artesano de instrumentos musicales, a manos de un cliente impaciente y borracho, en la capital austriaca en 1830 desata esta narración, que aúna aventura, fantasía y pinceladas históricas. 

La misma noche que acaba con su vida, el asesino le roba su obra maestra y el espíritu del viejo lutier se conjura contra él. Pronostica su fallecimiento en unos meses, pero le da la opción de hacerlo sin grandes padecimientos si compone un tema melódico, sobre el que los posteriores propietarios de la viola deberán crear una variación hasta llegar a la séptima. Completada esta, el fantasma desaparecerá para siempre del instrumento. «Respetaré a cada dueño futuro si compone una variación y le proporcionaré fortuna, mas todo aquel que no lo haga fallecerá, como te he dicho, tras su primer concierto». 

Al tiempo que acompaña a la viola en su caminar errante por distintos países, años y manos, el lector sigue los pasos de Jorge o Yuri Pletnev, un alumno de fagot, que, ya en la actualidad, en un lugar ficticio denominado Ciudad Gótica, se enfrentará a la resolución de un enigma con la ayuda de una misteriosa chica a la que conoce en la biblioteca del conservatorio. Uno y otro relato se alternarán. 

Maldición de un lutier vienés nació de la necesidad. García Revilla, profesor de Música en el IES Comuneros de Castilla, se las veía y deseaba para recomendar libros sobre su asignatura y cumplir con el Plan de Fomento de la Lectura del centro. Apenas hay títulos sobre esta materia y menos que sean atractivos para los jóvenes. El cumplimiento de este propósito convierte en protagonistas de estas páginas a afamados compositores, con episodios reales de sus biografías, adornados con alguna licencia literaria. 

El lector será testigo del duelo que protagoniza Franz Listz al amanecer en Praga tras una noche de fiesta y cómo se recompone para al día siguiente dar uno de los conciertos de su vida; de la inauguración de la estatua de Beethoven en Bonn, ante importantes músicos y una muchedumbre de gente, incluidos carteristas venidos de Londres y París; de la etapa norteamericana de Antonín Dvorak como director del Conservatorio Nacional de Nueva York... 

«El chaval que lo lee encuentra capítulos de la música más o menos entretenidos, cada uno lo dirá, con elementos de novela juvenil, como una historia de amor, misterio y acción», traza el escritor, profesor y músico, que reconoce que el contacto diario con adolescentes ayuda a conocer sus intereses y sus ritmos. «Escuchas su manera de hablar, sabes cuáles son sus lecturas y te haces idea de sus motivaciones», agrega el autor que, quizás, el próximo curso escuche por los pasillos cuchicheos sobre un despistado Listz o suspiros por un atractivo agitador llamado Hector Berlioz.