El hotel Rice decreta el cierre por la bajada de reservas

C.M.-B.G.R.
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Es la primera vez que no abre sus puertas en 60 años. Parte de sus siete empleados han ido al ERTE y parte a los otros establecimientos del Grupo, Palacio de los Blasones y Bulevar

Las instalaciones ubicadas en la avenida de Reyes Católicos bajaron ayer la persiana. - Foto: Valdivielso

Dicho y hecho. El Grupo Rice acaba de inaugurar la lista de hoteles que recurrirán al cierre invernal ante la caída en picado de las reservas. Sus instalaciones del número 30 de Reyes Católicos colgaron ayer el cartel de ‘cerrado’ sine die aunque se mantiene en funcionamiento el gastrobar ubicado en los bajos, según confirmó su propietario, Ricardo Garilleti.

A parte de los siete empleados que trabajaban en el mismo se les ha aplicado un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) mientras que a otra se le ha recolocado en los otros hoteles del Grupo, que sí seguirán abiertos:El Palacio Los Blasones (calle Fernán González) y Bulevar (San Agustín) . «Es la primera vez en 60 años que se cierra el hotel», lamentó. 

El hotel, de 50 plazas, echó la persiana durante la pandemia pero luego reabrió. En el mes de julio hubo reservas aunque no muchas pero en agosto, a raíz del confinamiento de Aranda de Duero por parte de la Junta y los rebrotes, la situación se volvió insostenible y se ha tomado esta dolorosa decisión. «Los meses de verano son los buenos pero ya desde finales de octubre, noviembre, diciembre, enero y febrero son meses malos».

Garilleti no se atreve a aventurar cuándo se reabrirá, todo dependerá de la evolución de la pandemia. «Esperemos que la situación se normalice pero, de momento, pinta mal», añadió.

El cierre también repercutirá en los proveedores o empresas de servicios. El Rice no será el primer hotel que opte por un cierre invernal, dado que el sector ha sido uno de los más afectados por la pandemia. No solo se ha visto afectado por el menor desplazamiento de turistas, sino también de viajes de negocios o de citas congresuales. A ello hay que añadir la suspensión de bodas, comuniones o de reuniones familias o de amigos.

Tampoco parece que los próximos puentes como el Pilar o el de Todos los Santos vayan a llenar los hoteles. La situación de incertidumbre por los rebrotes o el temor a una nueva oleada hacen que se reduzcan los desplazamientos entre provincias. El turismo extranjero tampoco se ha dejado caer en verano y no lo hará en invierno, de modo que la situación se hace cada vez más complicada. 

Los bares, restaurantes y locales de ocio nocturno también se verán afectado por la situación y muchos también cerrarán definitivamente sus puertas al no poder soportar los gastos fijos de alquiler y personal mientras se mantenga la reducción de los aforos.