Las autoridades civiles, militares y religiosas participan en el monasterio de las Huelgas en la primera parte de la fiesta del Curpillos, la que corresponde a la misa y después la recepción de la abadesa.
Daniel de la Rosa acude «con todas las de ley» en representación de todos los burgaleses, independientemente de las confesiones religiosas de cada cual.
Eso sí, para el año que viene, anuncia que intentará reunirse con el arzobispo y otras instituciones «para valorar pequeños cambios en la actuación protocolaria respecto a la participación del poder civil en actos religiosos». «Siempre he apostado por una evolución sensata en la combinación de las instituciones públicas y las actividades populares vinculadas a actos religiosos».