«No la conozco pero transmite fuerza y serenidad. Estoy segura de que acabará con el ‘bicho’». «No sé quién eres Lou Matilla pero te mando toda la fuerza y la energía positiva del mundo». Son algunos de los comentarios de personas que se han topado en las redes sociales con la historia de Lourdes Matilla, compañera de Onda Cero Burgos, que está luchando de forma implacable contra un cáncer de mama y que, además, lo cuenta en la página web de este periódico, en su blog Fuerza y honor, que ya forma parte de #FFpaciente, la iniciativa global del enfermero Pedro Soriano en Twitter.
Ella, que se dedica profesionalmente a que la voz de los demás llegue alta y clara a los oyentes, ahora utiliza la suya para contarnos cómo se vive con cáncer, qué cara pone la gente por la calle cuando la ve sin pelo, lo dura que es la quimioterapia o lo tremendo que resulta que alrededor de los tumores de mama todo sea tan rosa y los anuncios muestren chicas estupendísimas con lazos de ese color en sus largas melenas: «Mi cuerpo no es así y yo soy la que tiene el cáncer. Yo no soy modelo, mido poco más de metro y medio, tengo mis curvas, mis cartucheras, mis michelines y esas estrías que se quedaron a vivir conmigo después de haber sido madre». Al pan, pan. Menuda es esta técnica de sonido que hasta cuando se cabrea tiene la sonrisa más espectacular del mundo.
Lou se rebela contra lo que le parece oportuno sin paños calientes. Y le resulta terapéutico hacerlo a través de la palabras aunque se queje un poco de la tensión que le crea la página en blanco. Ella ha sido la primera sorprendida de que Pedro Soriano se interesara por sus historias y del efecto multiplicador que tienen las redes sociales. «Me dicen que el blog se lee muchísimo, nunca lo hubiera pensado», afirma, atónita pero animada a seguir explicándonos cómo sigue su batalla que lleva por título esa frase que tanto le gustaba al presentador del programa 'La Rosa de los Vientos', Juan Antonio Cebrián, fallecido prematuramente, y que después tomaría prestada el marido de Lou: «A Carlos le definió perfectamente y ahora me la he quedado yo».