Hubo que celebrar centenares de reuniones, incluso dar once meses de 'gracia' para que ambas partes se pusieran de acuerdo acerca de los términos de ruptura finales, antes de que el 1 de enero de 2021 Reino Unido y la Unión Europea separasen sus caminos.
Desde entonces ha pasado un año en el que, si bien las exportaciones hacia las Islas se han mantenido en unos términos similares a los del 2020 -han aumentado en apenas 2,5 millones de euros en los diez primeros meses del 2021-, sí se ha denotado un cambio entre las demandas de los británicos a las empresas burgalesas.

La salida del mercado comunitario y el estallido de la pandemia han provocado que su economía requiera muchas más semimanufacturas que antes de la ratificación del Brexit, al tiempo que ha disminuido la importación de bienes de equipo.

Empezando por los primeros, según los datos que maneja el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Reino Unido ha aumentado de manera considerable la llegada de productos químicos made in Burgos. Si a lo largo del 2020 se facturaron envíos por valor de 52,1 millones de euros, un año después, y con las Islas fuera de la Unión Europea, la cuenta se ha elevado hasta los 80,8 millones.

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