Rocío Martínez

Pegada a la tierra

Rocío Martínez


De Cenicienta nada

13/09/2021

Jugar en Segunda es como ir al dentista cada semana, miras los nombres de los rivales, la mayoría ex Primeras, y es para echarse a temblar, pero en nuestras cinco primeras citas, diría que estamos disfrutando más que sufriendo. Me gusta mucho cómo se ha plantado nuestro Burgos en la División de Plata. Le veo seguro, corajudo (qué bonita palabra, ¿verdad?) sin complejos, levantando situaciones que para un recién ascendido podrían suponer que al equipo le entrara el tembleque, pues nada más lejos. Y por si fuera poco, el equipo es valiente, atacante, hasta con 10. Valentía que bajo la atenta mirada del arco de San Mamés que preside Lezama nos permitió voltear un gol que nos marcaron casi recién bajados del autobús. ¡Y con uno menos! Que esa es otra. Que a lo mejor fue expulsión, pero habiendo VAR no lo vimos. 

Y sí, ya sé que con el caramelo en la boca, nos lo quitaron casi en el descuento, pero mi balance es: otro puntito, y van 5, ante un rival directo, sobreponiéndonos a todo lo que se nos cruzaba. Un puntito a domicilio por los lares de Segunda es un tesoro. Ya sabíamos que este camino no iba a ser de rosas, pero de entrada tiene un buen aroma. Y a estas alturas todo el mundo tiene claro que seremos novatos sí, pero de Cenicienta nada. Un mensaje que Calero ya lanzó antes de arrancar la temporada. Sí, también me gusta mucho nuestro entrenador. No se arruga, confía en su trabajo y en sus jugadores. Y se nota. Antes del derbi ante el Valladolid dijo que podían ganar a cualquiera. Y vaya si podían, todo el mundo lo vio. Sus palabras, intuyo, entran como un cañón de confianza en la caseta.  Y, míster, perdóneme, que ya sé que no quiere funerales, ni fiestas, pero es que este año ver al Burgos es para mí una fiesta. La próxima, anfitriones ante Las Palmas. Espero que los cuatro mentecatos (dicho en modo fino) antideportivos que para nada representan a la grada de un Plantío ejemplar, no nos la agüen. Con ellos, mano dura.