Instrumentos musicales en la Catedral. Los otros...

Guillermo Díez
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La Catedral sentida (III). No es posible imaginar el templo catedralicio burgalés sin la música que acompañó las diferentes celebraciones litúrgicas a lo largo de los siglos

Relieve de la ‘Coronación de la Virgen’ en la sacristía.

Fueron numerosas las conversaciones con Alejandro Yagüe manifestando un enorme interés en realizar un concierto en el que los músicos estuvieran repartidos por el triforio de la catedral.

Me dijo haberlo consultado y que siempre le habían puesto inconvenientes. Seamos objetivos: los hay. Muchos y no fáciles de solventar: Es un lugar muy angosto, recorrido por diferentes cableados, frágiles luminarias, sensores, detectores de humo, alarmas... Y algo más serio: Si por algún motivo fuera necesario evacuar a alguien, no cabe una camilla y hacerlo sería extremadamente lento y complejo.

En una ocasión le dije que había encontrado en el archivo un documento que narraba, algún siglo atrás, cómo se habían distribuido por el triforio varios ministriles con sus instrumentos de viento -sacabuches, bajones, trompas...- en una solemne celebración. No pareció sorprenderle: esas cosas se hicieron a veces, sobre todo en el período barroco tan proclive a la espectacularidad.

¿Qué hay de especial?: lo espacial.

Algo que aún no podemos llevarnos a casa en una grabación, porque sólo suele haber dos únicos puntos de emisión sonora -altavoces-; y aquella incursión de la cuadrafonía, además de no haber cuajado, sería insuficiente.

Últimamente, en Alemania, estamos viendo cómo las nuevas tendencias en la construcción de órganos van por ahí: los diferentes juegos sonoros del instrumento están repartidos por el templo y a distintas alturas, de tal manera que hay lengüetería -trompetas- en una pared, flautados de madera por debajo en el muro de enfrente, otros tipos de flautados en los laterales, el principal sobre el altar... Resultan verdaderamente impresionantes los efectos sonoros que producen las diversas ubicaciones espaciales. Alejandro lo sabía...

Pero siempre se ha antepuesto el uso litúrgico del órgano ante los demás instrumentos:

Porque “...haze ventaja a todos los otros en quantidad y en grandeza de voz, que es tal, que fuera de los templos no puede proporcionarse a nuestros oýdos, ni sonar bien en aposentos de casas por grandes que sean. Y como diximos también que era la Música una arte dedicada a Dios y al culto devino, más particularmente que ninguna de las otras, y cuanto era qualificada por este respecto, assí es el órgano un instrumento, no solamente más dedicado al culto divino que los otros, pero el que solo entre ellos de tal manera lo es, que no se ocupa ni destrahe en otra ninguna cosa. [...] No sale del templo días ni noches, paresciéndose en esto a los religiosos que gozan de aquella bendición que el Espíritu Sancto da por David a los que residen siempre en la casa de Dios ocupados en alabarle, como sea assí que los otros instrumentos músicos, si alguna vez entran en el templo a hazer este officio y reconocimiento, demás de venir por la mayor parte conducidos por precio, como jornaleros, no lo hazen sino de cumplimiento y de passada, y como indevotos y profanos, y luego se van, distraen a otras ocupaciones del siglo, entreteniendo gentes baldías, estragando la divinidad y disminuyendo la dignidad de su arte...” En el órgano “...el sonido de sus voces se encamina hacia arriba y no abaxo, como los demás instrumentos [...] y no consiente ser tocado de manos rudas y principiantes, ni exercitarse en él la gramática del enseñar, ni la molestia del deprender y estudiar, teniendo otros instrumentos menores a quien tiene cometido esto, que son los que llaman monacordio y clavicordio. Y desta auctoridad comunica al que le toca, el qual no está como los demás músicos embaraçado, ni cargado con el instrumento, ni tampoco se descompone en voz, gesto o meneo mientras tañe, sino que está sentado y compuesto con sosiego, auctoridad y servicio, exercitando tan solamente las manos en el tañer, sin cansancio ni pesadumbre. [...] y por concluir con esto en la dignidad del nombre, no dexa de parecer el órgano a la Música, pues como se dixo que de las Musas se avía llamado Música por excelencia, assí este instrumento tiene el nombre de órgano, que en griego quiere dezir instrumento, por aquella figura de hablar en que llamamos la Ciudad a Roma, y el Philósopho a Aristóteles, dándoles el nombre común, por la excelencia que tienen.”

Estas consideraciones escribe Hernando de Cabezón en el libro que publica en 1578 con las obras de su padre; más recientemente, en 1963, el Sacrosanctum Concilium dice en el número 120:

“Téngase en gran estima en la Iglesia latina el órgano de tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales.
En el culto divino se pueden admitir otros instrumentos, a juicio y con el consentimiento de la autoridad eclesiástica territorial competente, siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la edificación de los fieles.”

13 de enero de 1617: Se prohíbe tocar la guitarra en el coro, excepto en la noche de Navidad.

21 de enero de 1805: El primer violín de la capilla de música pide permiso para tocar con la orquesta de la Sociedad Cómica que actúa en esta ciudad ya que le pagan 16 reales diarios y los necesita para vivir, o bien se le dé alguna recompensa o aumento de sueldo que le compense.

22 de abril de 1805: Tras varias votaciones, se deniega lo solicitado el 21 de enero por un músico de la catedral, y se le impide ir a tocar en la orquesta de la comedia, bajo pena de exclusión del servicio, y sin aumento de salario.

En un momento en el que parece valer todo en las artes, y -concretamente- en la música arrasan los ‘chundachundas’ con letras mediocres, pobres armonías y melodías monocordes sin contenido, el archivo nos confirma que no es nueva esa contienda entre el órgano y ‘los otros’... No resulta fácil conciliar la seriedad y la calidad musicales con determinados instrumentos que habitualmente se asocian a actividades y momentos no religiosos; a veces poco reflexivos, superficiales, ruidosos...

7 de enero de 1848: En las Misas de Gallo  y de Reyes, “se prohíbe el canto irregular y el que se toquen instrumentos que excitan la risa” dado el mal comportamiento de los niños del coro que, “privados de razón, han hecho cosas escandalosas ajenas de la gravedad del culto y que quitan la devoción”. Se propone la expulsión del colegio “al niño que contraviniere”.

Sin embargo, los maestros de capilla tenían una esmerada y profunda formación musical que les permitía, por supuesto, componer piezas para varios instrumentos -que pertenecían a la catedral- y dirigir completos grupos formados por voces y orquesta, conviviendo así con el órgano:

04-05-1568 Se pide al fabriquero que haga que los ministriles se obliguen a custodiar y guardar bien los instrumentos que se han traído de Inglaterra a costa de la fábrica, y a devolverlos cuando se les reclamen.

15 de abril de 1611: Acuerda que se compren unos violones por 30 ducados y se pida rebaja.

26 de octubre de 1711: El segundo organista, arpista y violinista, pide que se compre un violón de mucha calidad que se vende en Vitoria; se acuerda que si es bueno lo compre el fabriquero.

20 de marzo de 1800: El maestro de capilla asegura ser precisos para la orquesta un contrabajo, dos violines, dos oboes o flautas y dos trompas.

Hay un instrumentista que “toca todos estos instrumentos con bastante suficiencia para el desempeño de las funciones de la catedral; que su hermano toca la trompa con habilidad y a más el violín y bajón.” y un niño de coro “toca el violín con ventajas a todos -excepto a uno-, el bajón con mejor tono y más seguridad que los demás instrumentistas -excepto otro-, el óboe con ventajas al mejor, toca también la flauta y empieza a aprender la trompa, en los que no duda adelantará como en los demás instrumentos, atendiendo a su conocimiento en la música y su tenaz aplicación; que le parece no ser conveniente poner edictos llamando a oposición, porque por la corta dotación de estas plazas nadie se presentará que tenga los agregados que aquí se necesitan, como está sucediendo en otras catedrales y no sería de utilidad ni ventaja que se presentase alguno con habilidad sobresaliente en un solo instrumento.”

Ayudando a diferenciar las celebraciones de fiestas y solemnidades de las del resto del año litúrgico:

1 de abril de 1520: Se indica que es costumbre que los señores de la casa de Velasco acudan a las vísperas y misa los días de perdones: San Andrés, San Juan Apóstol y Evangelista, que se celebran con solemnidad de capas, cetros y órgano, cantores y sacabuches.

27 de abril de 1770: Pide uno de los músicos que se le exonere de tocar el arpa, porque su ejercicio durante la Semana Santa le produce edemas en el brazo y mano y luego no puede tocar el órgano. Propone que las siestas, villancicos del Corpus, de la Asunción y ‘Adiuvanos’ de Cuaresma, Lamentaciones y Misereres de Semana Santa, se acompañen como se hace en Palencia con el órgano de la capilla de Nuestra Señora de los Remedios, con ayuda del violón, y se ofrece a tocar el arpa en las procesiones, por no haber otro instrumento más manual.

9 de junio de 1865: Trata sobre aumentar la orquesta de música en los días solemnes.

Los documentos del archivo nos informan de los instrumentos utilizados en la catedral (archilaúd, armonium, arpa, atabal, bajón, bajoncillo, chirimía, clarín, clarinete, clave, clavicordio, contrabajo, cornamusa, corneta, espineta, fagot, figle, flauta, laúd, oboe, piano, rabel...) pero también podemos verlos representados como grupos escultóricos en diferentes lugares:

En las arquivoltas de la portada del Sarmental tenemos los más antiguos:

Rota: (rotta - crotta -crwth) evolución del arpa y la lira.

Organistrum o cifonía: origen  de la zanfona.

Cedra: cítara (kithara) antecesora de la guitarra.

Vihuela: especie de cítara tañida con plectro.

Cuerno: antepasado de trompetas, clarines y cornetas.

Cornamusa: precursora de la gaita.
Flauta recta o de pico: A veces se utilizaba con una mano mientras la otra tocaba un tamborino.

Órgano portativo.

En la bóveda de la sacristía, el relieve de ‘La Coronación de la Virgen’ es otro extraordinario ejemplo en el que encontramos una extensa colección de instrumentos musicales que, afortunadamente, conviven con el órgano: viola, flauta, sacabuche, trompa, trompeta, fagot, guitarra, arpa... y angelicales voces.

   Todos estos datos proceden del archivo de la catedral de Burgos, Instituto Español de Musicología (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), Atlas de Música (Alianza Editorial) y conversaciones con Andreas Hadji Yianacou (luthier).