La alcaldesa de Aranda de Duero, Raquel González, y el delegado territorial de la ONCE en Castilla y León, Ismael Pérez, han presentado hoy el cupón de la ONCE dedicado a las bodegas subterráneas de la capital ribereña, del que se ponen a la venta 5 millones y medio de unidades para el 13 de noviembre, miércoles.

Al acto de presentación, en el Ayuntamiento de Aranda de Duero, también han acudido el consejero territorial ONCE, Ricardo Álvarez, el director de ONCE en Burgos, Jesús Blanco, y Olga Maderuelo, concejala de Promoción, Innovación y Turismo.

La Organización Nacional de Ciegos ha elegido las bodegas subterráneas de Aranda de Duero, que será Ciudad Europea del Vino en 2020, para destacar un recurso turístico de gran importancia. Hay hasta siete kilómetros de galerías bajo la localidad, con más de ocho siglos de historia.

Aranda de Duero fue, en los siglos XII y XIII, uno de los principales productores de vino del norte de España, algo que aumentó en la Edad Media. Para mantener las propiedades del vino, los viticultores de la época pensaron en las bodegas, pero que tuvieran ciertos requisitos, como que el terreno fuera seco y aireado, con un temperatura y humedad, constantes.

Las bodegas se construyeron bajo las casas, no bajo las calles, para evitar vibraciones que movieran los caldos. En la actualidad hay unas 135. Respecto a su construcción, las primeras se remontan al siglo XIII, aunque son los siglos XIV y XV en los que más se construyen. También las hay de los siglos XVI y XVII.

Quienes visitan estas bodegas pueden ver aperos de labranza muy antiguos, utilizados en todo el proceso del vino, desde la vendimia hasta que el caldo llegaba a la mesa.