Turín, punto de partida

Agencias-SPC
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El Barcelona confía en entrar en una dinámica positiva después de su balsámica victoria ante la 'Juve'

Turín, punto de partida - Foto: MASSIMO PINCA

Parece que ha pasado un siglo desde que el Barcelona perdiera con el Madrid en casa por 1-3 y muchos ni se han ‘enterado’ de que Bartomeu dimitió. Ytodo porque el cuadro culé dio el pasado miércoles una lección de fútbol al actual campeón de Italia, la Juventus de Cristiano Ronaldo, que no pudo jugar por desgracia a causa del coronavirus. La victoria en Turín (0-2, Dembélé y Messi) abre una puerta a la esperanza en el club del Camp Nou, que firmó su mejor partido en la etapa Ronald Koeman, con una figura emergente: Pedri González.

 

Pedri maravilla
En la ciudad lombarda, este joven tinerfeño se presentó a la Europa futbolística con una demostración de clase y desparpajo. Abrió el campo por la derecha, se midió con el experimentado Juan Cuadrado y sacó lo mejor de sí mismo. Con 17 años, llama a la puerta de algo grande. La afición culé está muy ilusionada con este chico, más incluso que con Ansu Fati, algo que le viene muy bien al internacional, ya que de esta manera se quita muchísima presión. 

 

De estreno
El Barça jugó su primer partido en Turín hace 50 años y desde entonces ha ido midiéndose a la ‘Vecchia Signora’ en diferentes escenarios, sin conseguir la victoria. Hace dos noches fue su primer triunfo. Tampoco Ronald Koeman, ni como jugador ni como entrenador, había conseguido ganar nunca un partido en Italia. Pero siempre hay una primera vez, y este equipo, que se encuentra todavía en ‘pretemporada’ (no ha existido realmente por culpa de la COVID), promete y mucho. 

 

Messi progresa
El argentino, que no está en sus mejores horas, ofreció síntomas de recuperación ante el cuadro de Andrea Pirlo. Messi jugó mucho más arropado, el equipo estaba más por él y generó unas cuantas acciones de peligro. Marcó, de nuevo de penalti, para cerrar la victoria. Ya no se le ve tan triste.

 

El ‘efecto dembélé’
El díscolo galo fue quien abrió el marcador con una acción de desborde y un afortunado remate. ‘El mosquito’ actuó por la derecha y se mostró muy activo en los uno contra uno, su especialidad. Desde luego si Koeman es capaz de recuperarle para el fútbol, es para ponerle una estatua en el Nou Camp. Lo mismo se podría decir de Coutinho, que ha pasado de ser un ‘apestado’ carne de cesión a ser un jugador importante en el engranaje culé. 

 

Griezmann, mejor
El ariete francés se ofreció y tuvo grandes ocasiones para acabar con el gafe que le persigue. Estuvo más participativo, remató dos veces a los postes, pero le faltan centímetros para culminar sus acciones. Lleva un gol en los últimos diecinueve partidos.


Buena defensa
Ante la baja de Gerard Piqué por sanción, Koeman confió en Ronald Araujo para acompañar a Lenglet en el eje defensivo. Mantuvo un gran duelo con Alvaro Morata y resolvió bien la papeleta mientras estuvo en condiciones físicas. El joven defensa uruguayo tuvo que ser sustituido en el descanso. Todo un gran descubrimiento.  

 

Vuelta a casa
El bosnio Miralem Pjanic, habitualmente suplente, jugó de titular ante su exequipo, haciendo pareja en el doble pivote con Frenkie de Jong. Le faltaron automatismos. El holandés no termina de carburar, si bien cuenta con un grandísimo aliado, Koeman, que cree ciegamente en él. 

 

Sin presidente
Fue el primer partido del Barça sin Josep Maria Bartomeu, que en la víspera había presentado la dimisión junto con toda la directiva.