Proponen 31 nuevas infraestructuras en la cuenca del Duero

SPC
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Un informe de la UBU determina que los efectos del cambio climático podrían disminuir las aportaciones en la cuenca del Duero hasta un 25% en los próximos 80 años

Obras de construcción del nuevo puente de la Gaznata, en el embalse de El Burguillo, en El Barraco (Ávila). - Foto: Ical

Los efectos del cambio climático podrían provocar una disminución de las aportaciones en la cuenca del Duero hasta del nueve por ciento en 2040, del 15 por ciento en 2017 y hasta del 25 por ciento dentro de 80 años. Así lo desvela un informe elaborado por la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Burgos (UBU) consultado por Ical, en el que se advierte de que los embalses de regulación del Duero tienen capacidades “muy pequeñas” respecto de las aportaciones de los ríos en sus emplazamientos, alrededor del 60 por ciento e incluso por debajo.

Según el estudio, los recursos naturales estimados para dentro de 20 años podrían reducirse hasta los 10.341 hectómetros cúbicos por año en la cuenca del Duero (frente a los 11.886 hectómetros cúbicos actuales) y hasta 14.500 hectómetros cúbicos anuales en el caso de Castilla y León (frente los 16.501 de la actualidad). Para el año 2069, estos valores podrían disminuir hasta los 9.500 y 13.300 hectómetros cúbicos anuales respectivamente.

Pese a que la cuenca del Duero tiene una capacidad de embalse del orden de 8.000 hectómetros cúbicos, más de la mitad de esta disponibilidad no puede utilizarse para “regulación general” porque se trata de un recurso de uso “exclusivamente hidroeléctrico” y, en especial, porque se encuentra situado en el tramo final del Duero en territorio español, aguas abajo de las demandas urbanas, industriales, acuicultura o de regadío, por lo que el volumen de embalse total para regulación puede estimarse en 3.800 hectómetros cúbicos.

“Este valor es muy bajo en términos absolutos y en términos comparados con otras cuencas” teniendo en cuenta como parámetros de referencia tanto recursos naturales como superficies o demandas de regadío, así como demandas totales, recogen las conclusiones del informe, que incide en que la regulación de los embalses del Duero es “muy pequeña”. La imposibilidad de regular las aguas durante un periodo superior a un año hace que en términos generales sean muy dependientes de la pluviometría de cada año.

Las demandas de regadío suponen en Castilla y León alrededor del 85 por ciento de las peticiones, excluidas las hidroeléctricas, y su evolución prevé que a medio plazo supongan un aumento de superficie pero un incremento algo menor de la demanda dado la modernización y transformación de regadíos. En la actualidad, el informe cifra las demandas en 4.300 hectómetros cúbicos (3.500 de regadío) y a medio plazo de 4.700 hectómetros cúbicos (3.900 de regadío). Teniendo en cuenta todos estos aspectos, los sistemas de explotación con mayores problemas son el Órbigo, Carrión, Cega-Adaja-Eresma y el sistema Bajo Duero.

Soluciones

Entre las soluciones que se plantean, está la construcción de nuevos embalses, aunque también se contempla el recrecido de embalses ya existentes; el aprovechamiento de conjunto de aguas superficiales y subterráneas; el trasvase de aguas entre sistemas de explotación; el ajuste de requerimientos ambientales a las circunstancias reales y el ajuste de los caudales ambientales; o la creación de ‘áreas de compensación ecológica’ para dar solución a los problemas de embalses con posibles declaraciones de impacto ambiental negativas.

Las actuaciones propuestas intentan aprovfechar los embalses existentes, aunque también se plantean posibles nuevos embalses, algunos ya recogidos en el Plan Hidrológico actual de la demarcación del Duero y otros nuevos. Todo ello para mejorar la capacidad de embalse en la cordillera Cantábrica al norte, en la cordillera Ibérica al este y en la cordillera Central al sur.

El aumento de regulación se ha planteado con la ejecución de todas las presas incluidas en el Plan Hidrológico de la Demarcación del Duero 2015-2021; con nuevos embalses de regulación en el Alto Duero (Velacha y Majada de las Leguas); otros medianos embalses (Los Llano de Tormes y Eria y Duerna) o la reconsideración de embalses ya planteados anteriormente y abandonados, con alturas más reducidas y la posibilidad de incorporar actuaciones ambientales compensatorias (embalse de Omaña, embalse de Bernardos y embalse de Vidrieros).

Otra de las propuestas es el incremento de regulación en los embalses importantes mediante recrecidos. Es el caso de embalses de cabecera como el de Barrios de Luna, Porma, Riaño, Cuerda del Pozo, Compuerto o Camporredondo; embalses en tramos medios como Santa Teresa o Aguilar de Campoo; otros recrecidos, en Linares del Arroyo; y otros posibles recrecidos en presas recientes como Irueña y Castrovido.

Intervenciones urgentes y aumentos

Entre las actuaciones propuestas, el informe recoge 31 nuevas infraestructuras hidráulicas posibles, de las que 13 se estima que son urgentes: dos en el Sistema Órbigo (La Rial y Morales); tres en el sistema Carrión (Fuentearriba; Las Cuezas 1 y Las Cuezas 2); tres en el sistema Cega-Eresma-Adaja (Ciguiñuela, Azud de Carbonero y Lastras de Cuéllar); tres en el sistema Tormes (Margañán y Gamo); y en otros sistemas (Torreiglesias en río Pirón, Boedo y Las Cuevas en sistema Pisuerga).

Con las soluciones planteadas, se prevé que la capacidad de embalse se podrá incrementar entre 1.000 y 2.000 hectómetros cúbicos, al menos desde un punto de vista teórico, aunque las afecciones ambientales, sociales y la opinión pública “hace difícil avanzar en estos valores”. El informe concluye que los mayores aumentos se darían en el sistema Tormes, con entre 200 y 400 hectómetros cúbicos más; entre 450 y 550 hectómetros cúbicos en el sistema Alto Duero; en el sistema Cega-Eresma-Adaja (entre 90 y 300); en los sistemas Esla y Órbigo (entre 80 y 130 hectómetros cúbicos); el sistema Carrión (entre 120 y 190); en el sistema Pisuerga (entre 80 y 150) e incrementos más pequeños en las cuencas del Arlanza, Águeda y Riaza-Duratón.