Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico que se encargan de inspeccionar los miles de camiones que cada año pasan por la provincia reconocen que de todos los aspectos que tienen en cuenta el más importante es el tiempo de conducción. Si un transportista no respeta los descansos está poniendo en peligro al resto de usuarios de la carretera. Lejos de mostrar una mayor concienciación con el paso de los años, lo cierto es que los datos reflejan todo lo contrario. Las sanciones por estos incumplimientos no solo siguen siendo mucho, sino que cada vez hay más. En 2020 aumentaron un 20%. A este preocupante incremento hay que sumarle el hecho de que algunas empresas manipulan los tacógrafos para poder eludir los controles. La Fiscalía anunció a principios de año el endurecimiento de las penas, que alcanzan los tres años de cárcel, por este tipo de infracciones.
Según los resultados del Plan de Inspección de Transportes de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, el año pasado se controlaron en la provincia 3.166 vehículos. Casi la mitad (1.446) recibió una sanción por algún tipo de incumplimiento, bien sea por excesos peso, falta de autorización o por sobrepasar los tiempos de conducción. Esta última conducta fue la que acumuló ocho de cada diez denuncias. Los agentes de la Guardia Civil levantaron 1.250 actas, 208 más que el año anterior.

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