Fallos en las prótesis de cadera

Europa Press
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Aflojamientos e infecciones son las principales complicaciones que surgen tras estas intervenciones, unas de las que mejores resultados han tenido en el siglo XX, según la OMS

La prótesis de cadera en personas con artrosis ha sido considerada como la cirugía con mejores resultados del siglo XX, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que entre otros puntos permite a los pacientes recuperar esa calidad de vida que habían perdido. No obstante, hay casos en los que fallan.

Para poder entender el por qué, el doctor Jesús Más, coordinador del área de Traumatología de la Clínica HLA Vistahermosa de Alicante, explica en primer lugar en qué casos se suelen reemplazar las caderas y colocar una prótesis: «El reemplazo de la articulación de la cadera de un paciente se realiza en aquellas situaciones en las que dicha articulación ha dejado de funcionar, es decir, cuando ha sufrido un desgaste tal que produce un dolor muy intenso en la región inguinal o glútea y una limitación severa de la movilidad de la cadera».

En estos casos, el traumatólogo subraya que la implantación de una prótesis es una excelente solución, devolviendo al paciente una calidad de vida equivalente a la que tenía antes de padecer ningún síntoma por ese desgaste de la cadera. 

El doctor Jesús Más subraya que inicialmente las prótesis de cadera se comenzaron a implantar en pacientes mayores de 65 años, pero ante los buenos resultados obtenidos y su elevada durabilidad, la indicación quirúrgica se ha ido extendiendo a pacientes más jóvenes que sufren síntomas severos.

«Hoy en día no se considera la edad una contraindicación para la cirugía protésica de cadera. Llegando a implantarse en pacientes muy jóvenes, siempre y cuando la situación de su cadera así lo requiera», remarca el experto.

Las prótesis de cadera son inertes y, por tanto, no duelen. Ahora bien, precisa que sí puede iniciarse un dolor en la zona y diferencia dos tipos: el dolor de alguna estructura alrededor de la cadera, habitualmente tendones o músculos, y el dolor producido por un fracaso de la prótesis.

«En estos casos, lo más habitual es que la prótesis no se encuentre adecuadamente fijada al hueso y sufra movimientos dentro del mismo al estar suelta. Este movimiento, que conocemos como aflojamiento de la prótesis, sí puede ser causa de molestia por fracaso del implante», matiza el experto.

los materiales. Desde el primer concepto de desarrollo de la prótesis de cadera en 1950 hasta nuestros días, la búsqueda de materiales con una mayor fijación al hueso del paciente y durabilidad de la prótesis ha sido constante, según afirma el doctor Más. En concreto, detalla que la prótesis de cadera consta de cuatro componentes: el cotilo, el inserto cotiloideo, el vástago y la cabeza modular.

«El cotilo y el inserto cotiloideo forman una unidad, y el vástago y la cabeza modular otra. El cotilo y el vástago transmiten la carga del peso del paciente, mientras la cabeza modular permite la movilidad de la extremidad inferior sobre el inserto cotiloideo. Por ello, la cabeza modular y el inserto cotiloideo soportan las cargas más elevadas, y son los dos componentes de la prótesis de cadera con mayor riesgo de sufrir desgaste», advierte. Así, sostiene que este desgaste de los componentes, por su uso, puede producir una reacción inflamatoria en la zona, a largo plazo, y ésta ser responsable del aflojamiento del cotilo y del vástago del hueso donde ha sido implantada. Éste supondría el mecanismo más frecuente de fallo de una prótesis, y es lo que conoce como aflojamiento aséptico.

«Existe un mecanismo igual de aflojamiento de la prótesis, y por tanto de fallo, que se produce a consecuencia de una infección de la prótesis. Estas infecciones pueden ser tempranas por infección a través de la herida quirúrgica, o bastante tiempo después de la operación, por una diseminación de una infección de otra parte del cuerpo, que a través de la sangre puede llegar a infectar la prótesis a distancia», resalta el traumatólogo.

Otra causa de fracaso de la prótesis es el aflojamiento que se puede producir si el paciente sufre una caída y consecuentemente una fractura del fémur o de la pelvis alrededor de la prótesis, según matiza el experto.