Más de un susto se han llevado algunos vecinos del barrio de Cortes en las últimas semanas al pasear al perro o incluso al regar el jardín. No es que haya hecho un tiempo espectacular, pero ya han recibido las primeras visitas de víboras que anidan en descampados llenos de maleza y escombros a escasos metros de las viviendas. Como la pólvora han corrido las imágenes de estos reptiles campando a sus anchas por las calles y también camuflados entre los felpudos de las casas. No es la primera vez que los residentes de esta zona caminan con pasos de equilibrista y mirada hacia el suelo para evitar el mordisco de las serpientes. El problema, denuncian, es que este año han comenzado a salir antes que nunca y temen que termine siendo una plaga.
La asociación de vecinos Siglo XXI ha remitido a la concejalía de Medio Ambiente un escrito en el que solicita la actuación urgente en la zona para evitar que las víboras sigan causando preocupación en el barrio. En su opinión, las fincas que están vacías a la espera de que se construyan nuevas unifamiliares se han convertido en auténticos «criaderos» por la gran acumulación de restos de poda y escombros. Adjunta, además, un plano con los lugares donde se han producido los avistamientos.
El problema atañe a todo el barrio, pero en las últimas semanas especialmente a la zona norte, la que colinda con la circunvalación. En la confluencia de las calles Escobilla y Sementera estaba hace años prevista una urbanización que quedó paralizada. Hay edificios a medio hacer pero, sobre todo, solares llenos de basura y deshechos que sirven de escondite a las serpientes. A nada que salen dos rayos de sol se dejan ver por las aceras. «Buscan el asfalto y los lugares cálidos. Nos hemos llevado muchos sustos cuando hemos ido a pasear con los niños», comenta Carolina, presidenta de una de las comunidades de este entorno.
Lo que más preocupa no es que cualquier persona vaya paseando y tenga que sortear a un reptil que se esconde en las juntas de la acera, como más de uno se ha encontrado. El principal problema es que ya han entrado en los jardines y los garajes de las casas, con el peligro que eso conlleva (...).
Son varios los residentes que se las han encontrado en su jardín. - Foto: DB(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos o aquí)