El Ayuntamiento instalará cámaras para controlar el acceso del tráfico a las zonas peatonales pero no eliminará los borlados retráctiles como en un principio se había previsto por razones de seguridad. El hecho de seguir en alerta antiterrorista 4 (riesgo alto), de una escala de 5, tras los atentados yihadistas en espacios restringidos a los vehículos en ciudades españolas y europeas ha hecho desistir de esa posibilidad, según explicaron fuentes municipales. Solo cuando desaparezca la citada alerta se mantendrían las pilonas bajadas y se elevarían cuando sea necesario pero mientras tanto se mantendrán ambos sistemas.
La colocación de las cámaras se contempla en el nuevo contrato para la gestión del tráfico que ha salido a licitación por un importe de 10.255.581 euros (2.563.894 euros al año) y un periodo de 4 años con la posibilidad de uno más si hay acuerdo entre las partes.
Las cámaras leerán las matrículas de los vehículos que tienen autorizado el acceso a las zonas peatonales en las que está prohibido circular y que estarán asociadas a una base de datos pero será necesario detenerse ante el bolardo. «La idea era eliminarlos como están haciendo otras ciudades pero debido a la alerta antiterrorista se mantendrá», apuntó el jefe de Tráfico, Ángel Barrio.
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