Desde el inicio de la pandemia los burgaleses no han tenido otro remedio que restringir -en parte- su vida social y ociosa. No al nivel tan extremo como al inicio de la crisis sanitaria, cuando no hubo otro remedio que encerrarse en casa, pero sí a unos registros inferiores a antes de la covid-19.Esta contención de gasto está provocando un aumento notable de los ahorros y una bajada de los créditos, que trimestre a trimestre van cayendo.
El Banco de España acaba de dar a conocer el balance del pasado verano, del que se desprende que los burgaleses atesoraban depósitos en cuentas corrientes por 11.911 millones de euros a 30 de septiembre.Se trata de un aumento del 3,7% en el último año, 433 millones más que dejan a tan solo cuatro de su máximo histórico.
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