Julián Calero no eludió ningún tema. Habló de la situación que han vivido él y su plantilla durante todas estas semanas, los problemas que ha generado el conflicto con Salmerón y la imposibilidad de sentarse en el banquillo. Ahora espera que todo se normalice y la primera plantilla pueda centrarse en defender su liderato
«Ha sido una situación desagradable para todas las partes y yo he sido una víctima colateral en un conflicto en el que no tenía nada que ver. En lo deportivo con esta situación nuestro equipo era perjudicado y eso era lo que más me preocupaba. Estábamos en el medio de una situación en la que ni mi cuerpo técnico ni yo teníamos nada que ver. Me preocupaba que eso llegase al vestuario y pudiese afectar al rendimiento deportivo. Estoy contento y satisfecho de poder ejercer mi trabajo con normalidad».
Calero asegura que el riesgo de que afectase a la plantilla era «altísimo». «Un entrenador tiene varias funciones y la dirección de partido tiene una importancia extrema. Las instrucciones de última hora, qué deben hacer los cambios, detalles que puedes cambiar, ayudar a tus jugadores. Todo eso era imposible de hacer y ha ido en detrimento de un mejor rendimiento del equipo».
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