Rezando, bailando, cantando, bebiendo... y comiendo. La más sabrosa de las maneras de honrar al patrón se vive en la barra de los bares. El Concurso de Tapas de San Lesmes regresa, como el resto de actos, tras el parón del año pasado provocado por la pandemia. 22 establecimientos, menos que en ediciones anteriores, que rozaban la treintena, concurren a esta convocatoria, que se celebrará desde este viernes al domingo 6 de febrero y presenta algunas novedades. 

Cada participante presentará una sola propuesta, con el único requisito de que incluya uno de los productos de la marca Burgos Alimenta, pero con total libertad creativa para el cocinero, y cada empresario fijará el precio que estime oportuno. 

«Se trata de poner los menos impedimentos posibles y facilitar que los establecimientos participen», observa José María Temiño, miembro de la junta directiva de la Federación de Hostelería y coordinador de esta feria, y explica que esa menor presencia se debe a que algunos habituales están cerrados por vacaciones y otros obligados por la covid, además del «desánimo general que hay dentro del gremio». «Las cosas iban bien en octubre y noviembre, pero las cancelaciones de diciembre fueron un mazazo, ya no solo económico, también moral. Tenemos la sensación de que no levantamos cabeza», añade. 

Con ese mismo objetivo de animar la participación, desde el año 2020, se entregan tres premios, de 500, 300 y 200 euros, a las mejores creaciones. Un podio que determina hoy un jurado presidido por el director de la Escuela de Hostelería, Óscar Carbonell, y completado por el diputado responsable de Burgos Alimenta, Jesús Sendino; la concejala de Festejos, Blanca Carpintero; el presidente de la IGP Morcilla de Burgos, Roberto da Silva; el propietario del bar El Soportal, Enrique Seco; y Pilar Monedero como representante de la Federación de Empresarios de Hostelería. 

El fallo se hará público a mediados de la semana que viene, a mitad de la feria, con el fin de que este no condicione desde el minuto uno a los comensales. «De esta manera, los primeros días la gente puede hacerse sus rutas eligiendo entre todos los que presentan tapa y hacer sus apuestas y en el segundo fin de semana pueden brindar su reconocimiento a los ganadores yendo a probar sus propuestas», desarrolla Temiño con un ojo en la previsión del hombre del tiempo y el deseo de que no se levante ese viento helador que es el único que deja a los burgaleses en casa.