¿Es exportable el tsunami Ayuso?

Carlos Dávila
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El resultado electoral del 4-M evidencia que a Pedro Sánchez sí se le puede derrotar y, además, con grandeza y suficiencia

¿Es exportable el tsunami Ayuso?

U n gallego fetén respondería así a esta provocación: «Pues depende de cómo se mire». Y tendría razón. Con matices, pero la tendría en buena parte. Veamos: el martes, apenas se supo de la enorme magnitud del triunfo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, un dirigente notable del Partido Popular tuvo que contestar precisamente a una pregunta similar en la propia sede del partido. Se le interrogó así: «¿El PP forzará también elecciones anticipadas por ejemplo en Castilla y León?». La verdad es que no era una cuestión adecuada para aquella noche, pero revelaba, y revela, la preocupación, ocupación mejor, por lo que haga a partir de ahora el partido de Pablo Casado en toda España. Tanto en esta región, como también en Murcia, se han superado con creces muy recientemente dos mociones de censura, preparadas por el PSOE y adobadas por un Ciudadanos que ya lo ha pagado en las urnas de Madrid, que sugieren, a primera vista, la inadecuación actual de un rompimiento de la legislatura en los parlamentos de Valladolid y Cartagena, lugar de la asamblea de Murcia. En ambas regiones, y por lo que se sabe, las mociones, una vez perdidas por el errático PSOE, le han producido a esta formación un efecto contrario al pretendido, hasta tal punto que los sondeos más fiables, deparan al PP un pronóstico muy favorable, desde luego una recomposición electoral superior a la que ahora padece con tanto sofoco.

Siendo así por tanto, una visión superficial del panorama podría aconsejar un rápido viraje y, en efecto, el adelanto electoral. Tengo para mí, por lo conocido de ambas autonomías, que no existe ahora mismo ningún movimiento en este sentido. Ahora bien, lo ocurrido esta semana en Madrid no es un episodio baladí ceñido a la sola región central. Ni mucho menos: se trata de un auténtico terremoto político que, por lo pronto, asienta una constancia: Pedro Sánchez, su PSOE arrabalero y todos los partidos que confluyen en el Gobierno Frankenstein de Alfredo Pérez Rubalcaba, no es que se hayan dado un susto de muerte, sino que perciben que la fórmula de su Frente Popular, se ha agotado, solo falta que los acontecimientos vayan dando, paletada a paletada, cobijo funerario a este modelo. 

El PNV, esto es muy importante, ya se está alejando. No es nuevo, siempre hacen igual los fuguistas. Por que ya se ha acabado el modelo y se ha comprobado algo que, tres días después de la conmoción general desatada por la victoria de Ayuso, es incontrovertible: a Sánchez se le puede derrotar y, además, con grandeza y suficiencia. El peligro reside en que el optimismo por el triunfo desate un proceso de acortamiento de plazos que, en opinión de este cronista, sería ahora mismo muy perjudicial para el gran  fin que no es otro que el desalojo de La Moncloa del presidente más maléfico de la historia contemporánea de nuestro país. Habría que remontarse al pésimo Alcalá Zamora o, desde luego, al miserable de Fernando VII para encontrar un dirigente tan opuesto a los intereses de la nación.

Hablando el pasado miércoles con el ejecutivo popular que recibió la pregunta extemporánea del colega, le indicaba esto al cronista de una forma incluso retórica: «Cada día tiene su afán y ahora de lo que se trata es de llegar a las próximas elecciones municipales y autonómicas en gran estado de forma para poder conquistar las regiones y los ayuntamientos como se ha logrado la victoria en Madrid». 

Está bien visto el diagnóstico, sobre todo porque ya se ha empezado a comprobar cómo va ser la respuesta de Sánchez y de su coro de enchufados y paniguados al desastre de Madrid. José Luis Ábalos esbozó a réplica en la taimada y patética intervención que consumió, en ausencia del cobarde Pedro Sánchez, para interpretar la derrota. «Madrid no es España», vino a asegurar, para, a continuación, y de forma tan despectiva como humillante, residenciar el fracaso en los «compañeros de Madrid». 

Va a tratar el PSOE y su Gobierno de componer, sin despeinarse demasiado, esta pirueta, pero se augura que en el menester se va a llevar otro zurrigazo casi letal. Y es que a Sánchez ya nadie le cree; le soportan los suyos porque en su momento dibujó unos órganos partidistas a su imagen y beneficio. Reúne la Ejecutiva y veremos si hace lo mismo con el ese Comité Federal repleto de mindundis. Ahora, el PSOE de toda la vida, el que está adormilado tras unas siglas que su secretario general ha vejado hasta la saciedad, intenta huir del marasmo y encontrar un mirlo blanco que pueda confrontarse contra este compañero de viaje del leninismo más repulsivo. No le va a ser fácil al PSOE ganar este proceso, como no sea después de otros fiascos similares a los de esta semana. La vía es la del derrocamiento, no, desde luego, la imitación instantánea de Madrid, por más que lo conseguido por Ayuso sea tan extraordinariamente atractivo. 

Sánchez y la coyunda social comunista tienen que ir cociéndose en su propio caldo, derrotados ya en la región central de la España democrática, e incapaces, como se está demostrando, de presentar en Bruselas un plan de resurgimiento que tenga los menores visos de verosimilitud. A este respecto, un eurodiputado español contaba hace días lo que pensaba la presidenta Ursula Von der Leyen, de los planes que, a cuentagotas y en «modo deshilachado» (textual), está llevando el Gobierno español a la capital comunitaria: «Ni es un plan, ni encierra propósito alguno de enmienda». Más impuestos. O sea, que en opinión de la ejecutiva más importante de la Unión, no es que no exista siquiera un programa realizable, es que no contiene la autenticidad necesaria para que los fondos europeos lleguen pronto.

Disculpen esta disgresion, pero viene a cuento. Lo más probable es que este 4 de mayo pasado sea el primer bastión sobre el que se tiene que construir la alternativa al horroroso Frente Popular que nos asola. Hace falta tiempo para construir esta opción. No por mucho madrugar (también en política) amanece más temprano. Este Sánchez hoy escondido vilmente incluso para los suyos, puede tener en mente el estallido de todas las catástrofes imaginables para impedir su relevo. Cuando parece que todo lo hayamos visto sacan del armario balas y navajas. ¿Qué se les puede ocurrir ahora mismo? Es impredecible; por eso, que el centro derecha no puede cometer un solo error en la construcción de su alternativa. Adelantar los tiempos sería por todo esto una equivocación. El modelo Madrid es bueno, aceptable, ganador, pero requiere plazos y, sobre todo, complicidad general en la Nación. Esto que aún está por ver.