Kilómetro cero

J. Ángel Gozalo
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Burgos se ha sumado a la tendencia y afloran tiendas que acercan a la ciudad esos productos agroalimentarios de cercanía, sostenibles y saludables. El Granero, en la calle Rey don Pedro, es la última que se ha incorporado a este sector

Kilómetro cero - Foto: Patricia González

Comprar productos de cercanía, artesanos, naturales y ecológicos, de comercio justo y a granel en pequeños comercios y tiendas especializadas se ha convertido en los últimos años en un sector de futuro. Masala, La Tienda Orgánica, Al Grano, Al Peso Alimentación, La Despensa Orgánica… son solo algunas referencias de este diverso universo. El pasado mes de febrero se sumó El Granero, en la calle Rey Don Pedro, 60, un espacio -tienda y cafetería- que aporta además un plus de economía social porque es también una plataforma comercial que brinda apoyo a pequeños y medianos productores burgaleses.
Carlos Jaén, Claudia Bustillo y Diego Varona conforma el tridente societario de cooperativa Del Pueblo a tu Hogar, que es la que impulsa este proyecto nacido al calor del espíritu colaborativo que pregona la asociación Ábrego, un dinámico colectivo sin ánimo de lucro preocupado por la despoblación y empeñado en poner en valor las enormes posibilidades socioeconómicas y culturales que tiene hoy el medio rural burgalés.

Los tres socios quieren demostrar que la línea más corta en la cadena comercial y los precios más justos entre el productor primario y el consumidor pasa sumar sinergias y proximidad. «Los alimentos son más frescos, más baratos y saben mejor. Si se reducen los plásticos y el consumo de combustibles fósiles en el transporte y la emisión de gases invernadero… todo son ventajas», afirman.

Uno de los grandes atractivos de este modelo comercial es además que no hay un tipo de clientes dominantes. Este y los demás negocios están abiertos a personas mayores que quieren comprar legumbres de kilómetro cero para hacer sus potajes, a vegetarianos o veganos que llenan su cesta de verduras, cereales…, familias que buscan harinas, mieles, leche fresca... para hacer sus postres los fines de semana o jóvenes que apuestan por cocina sana y comida casera. Es ahí, en esa tendencia a cuidarse y cuidar la alimentación. Cada día la gente se interesa por lo que come, por su procedencia, variedad, composición...

En El Granero tienen claro que todo lo que puede expedirse a granel lo será para conseguir ese consumo responsable y sostenible que pretenden. Por cierto, si llevas tus propios envases de casa se obtienen un descuento, lo mismo que si eres socio de Ábrego. Otra de las ventajas es la posibilidad de servirte tu mismo, elegir la cantidad exacta comprar, sin prisas, probar productos en la propia cafetería. También facilitan recetas para elaborar con sus productos sabrosos y nutritivos platos.

En la tienda cuentan en la actualidad con una treintena de productores burgaleses que les abastecen de forma regular productos de confianza, de bajo nivel de procesamiento y gran aporte nutricional. Apuestan por la agroecología, aunque no desde la radicalidad. Su línea roja está en que sean producidos con técnicas respetuosas con el medio ambiente. En cuanto a los precios los impulsores de esta cooperativa entienden que es un negocio en el que tienen que ganar todos, pero son inflexibles en que el margen de su intermediación debe ser el justo. «Compramos al precio que marcan los productores. No hay regateo ni bajadas. Respetamos sus condiciones porque queremos ser un apoyo y no un problema», añaden.

El espacio, decorado por ellos y siguiendo también pautas de la bioconstrucción, acoge una tienda que recupera esa vieja imagen de los colmados. Sacos abiertos de legumbres, cereales, harinas... cajas, banastas, botes..., incluso un expendedor de leche fresca con sus botellas de vidrio… Si tenemos en cuenta que está surtida con más de 250 productos, el 60% de origen burgalés, hacer la compra diaria o semanal no representa mayor problema. Abundan las legumbres como lentejas, garbanzos y alubias e incluso la chía, un nutritivo y saludable pseudocereal andino que también cultiva algún agricultores burgalés. Hay aceite ecológico de girasol de producción burgalesa y harinas integrales ecológicas de espelta, centeno o trigo, soja verde... El arroz y la pasta procede de cultivo también ecológicos delta del Ebro por que en Burgos no hay estos productos.

Diversas semillas, especias o hierbas aromáticas se alinean en los estantes junto a hongos y setas,. Las algas, que habitualmente llegan de Japón, en este caso se las suministran desde Galicia. Las hortalizas, frutas y verduras, muchas de ellas ecológicas, tiene procedencia, según temporada, de Las Caderechas y de distintos pueblos burgaleses, las patatas de Ahedo y de la huerta ecológica que la Fundación Armentález tiene en Melgar. De Villasur e Ibeas llega su pan ecológico. La miel y otros derivados de la apicultura, como el polen o el propóleo, es de Espinosa de los Monteros. Los lácteos - leche, quesos de oveja, mantequilla, cuajadas...- tienen origen en Dobro, Los Altos, Sasamón, Briviesca… Las chacinas tradicionales y artesanales son igualmente de raíz burgalesa. Los ‘superalimentos’ -maca, espirulina, bayas de goyi, semillas de chía...- también suman, al igual que la sal de Poza. Vinos, licores y cervezas artesanales... tienen espacio en esta tienda y en la cafetería, un valor añadido porque permite probar antes de comprar.

 

PROBAR SALE A CUENTA

En este espacio agroalimentario, propiamente de restauración, se puede disfrutar también de algunos de los zumos naturales con frutas y verduras se venden en la tienda, de varias bebidas ecológicas y artesanas elaboradas en la provincia. En su cocina también hacen guiños culinarios y fusión con los productos de esa despensa. Desde variadas pizzas en torta de aceite hasta hamburguesas vegetarianas pasando por patés vegetales, tablas de embutidos y de quesos son también propuestas singulares para degustar a pie de barra. Las propuestas gastronómicas se renuevan todos los días con nuevas sugerencias.

Claudia Bustillo incide en que El Granero es un proyecto vivo y que ha nacido para crecer con la incorporación paulatina de más productores para aumentar la oferta y explorar nuevos productos, catas e incluso, en el futuro, poner en marcha un sistema de reparto de cestas a domicilio en bicicleta.