Welcome, te vamos a ayudar

@LouMatilla
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"Tengo que decir (si no lo hago no sería justo), que en el bloque H-2 el ambiente y la humanidad que se tiene con los pacientes es especial; y no lo digo sólo por el trato que han tenido conmigo (...)"

‘Welcome, te vamos a ayudar’; esas fueron las palabras que me recibieron en la consulta número 4 de oncología radioterápica, la consulta de la Dra. Ruiz. Unas palabras que están expuestas en la puerta de su consulta y que se nota claramente que han sido dibujadas, pintadas y recortadas por las manos de un niño; seguramente por las manos de alguna de sus hijas; nada tienen que ver con esos carteles que estamos acostumbrados a ver y releer mientras estamos esperando a que nos llamen en las demás consultas, esos de ‘silencio, por favor’ o ‘no entren, la enfermera saldrá periódicamente a recoger los volantes’. Al ver esos recortes a modo de recibimiento, lo primero que piensas es que la persona que se encuentra tras esa puerta es eso, persona ante todo y nos está indicando con ello su grado y su modo de implicación con nosotros; algo que en un primer momento nos produce curiosidad por comprobar si es así. Y sí, sí que lo es.

Cuando llegamos al proceso de radioterapia, una de las últimas fases del tratamiento contra el cáncer de mama como es mi caso, estamos ya cansados y agotados porque llevamos ya muchos meses peleando e intentando mantenernos arriba; nos han hecho de todo y estamos exhaustos; encontrarnos con algo así nos hace no perder la ilusión ni las ganas para seguir peleando y, sobre todo, nos anima el sentimiento de cercanía que tienen con nosotros. Tengo que decir (si no lo hago no sería justo), que en el bloque H-2 el ambiente y la humanidad que se tiene con los pacientes es especial; y no lo digo sólo por el trato que han tenido conmigo. Nunca había visto que un técnico salga a la sala de espera, se siente junto a una paciente que está muy nerviosa y diciendo que se va porque no aguanta otro día de tratamiento y el técnico se pase bastantes minutos hablando con ella y animándola, explicándole que debe entrar y seguir, que es lo mejor para ella; nunca había visto eso y fue algo emocionante. Tampoco había visto a un médico levantarse de su mesa, presentarse, darte la mano e incluso dar la vuelta alrededor de la misma para ponerse junto a ti y no mantenerse tras ella, como estamos acostumbrados. Y es que algo tan sencillo y que parece insignificante, tiene mucha importancia para nosotros porque queremos y necesitamos que dejen de tratarnos como tumores o como carcinomas o como neoplasias malignas; queremos que se nos trate como las personas que somos, con nombres y apellidos, porque detrás de nuestros diagnósticos hay personas que sufren, que lloran, que ríen, que tienen hijos, parejas, hermanos, padres, amigos, que tienen una vida… al fin y al cabo... igual que ellos, igual que todos.

Gracias. Me habéis ayudado.

 

* Mi infinito agradecimiento al servicio de oncología radioterápica del Hospital Universitario de Burgos por su labor, por la sonrisa de todos ellos que me ha recibido cada día del tratamiento. A los técnicos del acelerador lineal, a las enfermeras que me han tratado y me han ayudado a aliviar mis efectos secundarios y muy especialmente a la Dra. Ruiz, un ejemplo sin igual. A todos ellos, GRACIAS.