Una apuesta por la cocina casera y precios ajustados

J.Á.G.
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El bar restaurante El Puente, en la zona de Casa La Vega, no tiene carta pero sirve uno de los menús del día más baratos de la capital burgalesa. Por encargo además prepara comidas y cenas para grupos

Ana María Landeras, en el comedor de su restaurante. - Foto: Luis López Araico

El restaurante y bar El Puente, en la zona de Casa la Vega, presume de tener uno de los menús del día en el que la relación calidad precio está más ajustado en la capital burgalesa y así lo atestiguan los clientes habituales que acuden fieles cada día a este establecimiento. Ana María Landeras, cocinera autodidacta, tomó hace siete años el relevo de sus padres. Pone toda su experiencia culinaria al servicio de esa cocina casera que aprendió de su madre, Ana María Fernández, y que se fundamenta en el mercado y el producto de temporada. Siempre hay que ajusta el escandallo, pero algunos días se permite incluir algunos platos especiales como ‘premio’ a los comensales habituales.

En sus menús diarios, que tienen un precio de 8.50 euros, siempre hay opción entre tres primeros y otros tatos segundos, postre, pan y vino de la casa. Su fuerte, especialmente ahora en invierno, son los platos de cuchara, entre los que no faltan las legumbres, con especial atención a las alubias blancas, pero también los garbanzos y las lentejas con sus correspondientes tropiezos. Las alubias rojas las reserva para su olla poderida con todos los sacramentos, incluido el relleno, que sirve por encargo los jueves. Los purés y cremas de verduras, porrusalda, sopa de cocido, revueltos, patatas a la riojana, arroces -la paella la tiene fijada para los sábados-, pasta o, mismamente, consomés. A veces sorprende a los asiduos con unos estupendos callos.

Según estén los precios en la plaza conforma el trío de segundos, entre los algún día se cuela el cordero asado o el rabo de vacuno al vino tinto, picadillo o unos huevos fritos con morcilla si se tercian. De habitual la propuesta va desde el socorrido pollo asado o guisado, estofados de carne o de lengua, costillas asadas, cordero al chilindrón hasta las clásicas chuletas de cerdo o lomo a la plancha. En pescados puede haber chicharro, trucha, salmón o merluza, pero también unas anchoas o unos lirios rebozados o bien calamares en su tinta. En postres trata de introducir algunas novedades, pero básicamente las propuestas se limitan al flan, natillas, arroz con leche, cuajada, pudines o panacotas.

Bacalao a la vizcaína. Bacalao a la vizcaína. - Foto: Luis López Araico

Fuera de los menús diarios solo ofrece unos especiales y más trabajados para grupos y celebraciones, cuyo precio medio se sitúan entre los 20 y los 22 euros, aunque bien puede ser superior, siempre en función del bolsillo y las propuestas de los clientes. El formato es el habitual, entrantes para compartir, un segundo, postre y vino.

Los revueltos de ajetes y gambas, ensalada con vinagreta de mostaza, queso de cabra, anchoas y frutos secos solo son algunas de las sugerencias junto a las habituales tablas de embutidos ibéricos (jamón, lomo, salchichón y chorizo) y de quesos. En segundos la cocinera se esmera en sus carrilleras al Pedro Ximénez, en el rabo al vino tinto o su secreto ibérico con salsa de pimientos o su pollo de corral guisado. No faltan ni el entrecot ni el chuletón de vaca vieja fileteado. Entre los platos de pescado más habituales están el bacalao a la vizcaína y al pilpil, la lubina al horno con verduras o la merluza en salsa verde. También incluye, bajo pedido, algunos mariscos como el pulpo, las gambas o lo langostinos.

El lechazo asado, el cabrito o el cochinillo es también una opción gastronómica en este pequeño bar restaurante, pero siempre por encargo. En postres las sugerencias del menú del día se amplían a trata de San Marcos y otras elaboraciones más especiales. La bodega no va más allá de la media docena de referencias, pero tiene tintos y rosados ribereños y riojanos así como algún verdejo de Rueda.

El comedor superior tiene una capacidad de 17 comensales y el inferior, reservado para comida o cenas de grupo, tiene capacidad para ochenta personas. 

Eso sí, si se quiere disfrutar de los platos del menú del día, raciones, cazuelitas de la carta de la barra se preparan también para llevar, al igual que sus tortillas de patata con cebolla o rellenas…