El largo camino hasta la vacuna

Agencias
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Tener una profilaxis eficaz en humanos parece factible ya, aunque todavía quedan muchas fases que superar hasta que sea una realidad

El largo camino hasta la vacuna - Foto: ELISEO TRIGO ELISEO TRIGO

Desde el minuto uno de la pandemia, la carrera por conseguir una vacuna contra el virus SAR-CoV-2 se ha convertido en un trabajo a contrarreloj para los científicos de todo el mundo, un gran esfuerzo que podría acabar en un milagro el próximo año, si bien aunque el desarrollo de una vacuna contra el virus «eficaz y segura» para humanos es posible, aún queda un «largo camino por recorrer» para disponer de ella, tal y como explica el Ministerio de Sanidad.

Así se concluye tras analizar los resultados que se están obteniendo en modelos animales con dos vacunas, de las 110 candidatas llevadas a cabo por diferentes laboratorios y, de las cuales, 102 están en fase preclínica y ocho en fase clínica.

Recientemente se ha publicado el primer estudio de immunogenicidad de una vacuna PiCoVacc frente a al nuevo coronavirus en primates. El principio activo son viriones completos crecidos en cultivos de células Vero, inactivados con beta-propiolactona (que es un agente utilizado en la inactivación de vacunas inactivadas de gripe) y adyuvada con hidróxido de aluminio. Tras crecer en células, el virus se inactivó y se purificó exhaustivamente. La experimentación preclínica se llevó a cabo en ratones, ratas y macacos, en los que se probaron distintas dosis de antígeno y de adyuvante. De esta forma, en ratones inmunizados con dos dosis se demostró que la vacuna es capaz de inducir una respuesta inmune específica medida por Elisa y con capacidad de generar anticuerpos neutralizantes.

Además, tal y como informa el departamento que dirige Salvador Illa, los anticuerpos generados en los roedores estaban en su mayoría dirigidos a la proteína S completa o a su dominio de unión al receptor  y en menor medida a la proteína N del virus. Asimismo, se compararon los anticuerpos obtenidos en ratones vacunados y, para estudiar la eficacia protectora de la vacuna, se utilizaron macacos como modelo animal de la COVID-19 humana.

De esta forma, se demostró que los macacos vacunados con la dosis alta no presentaban manifestaciones clínicas de la enfermedad y el virus no se detectó en los órganos analizados: garganta, muestra anal y pulmón, con la excepción de una baja carga viral en garganta en los primeros días tras la inoculación del producto.

De hecho, los inoculados con dosis media de la vacuna presentaron algunos síntomas y se pudo detectar virus en algunos de sus órganos, mientras que los macacos vacunados con el adyuvante y con la solución salina (placebo) tuvieron cargas virales altas en todos los órganos analizados y presentaron neumonía intersticial severa.

Por otra parte, recientemente en un artículo en pre-publicación se han descrito los resultados de experimentación en animales con la vacuna ChAdOx1 nCoV-19, basada en un vector adenoviral de chimpancé no replicativo que expresa la proteína S del nuevo coronavirus. Esta vacuna también induce una respuesta inmune específica en ratones y en macacos, tanto a nivel de anticuerpos neutralizantes como a nivel de respuesta celular.

Además, se realizaron experimentos en macacos inmunizados con una única dosis de esta vacuna, y a los que 28 días después se les inoculó virus. Así, se observó que, en contraste con los animales infectados con un placebo, en los vacunados se evitaba el daño pulmonar tras la exposición y se reducía significativamente la carga y la replicación viral en el tracto respiratorio inferior. No obstante, no hubo una reducción en la carga y replicación viral en el tracto respiratorio superior. Ya se han iniciado ensayos de fase 1 en humanos con la vacuna ChAdOx1 nCoV-19, en los que ya se han reclutado más de 1.000 voluntarios.

«Si bien el número de monos analizado fue pequeño, en ninguno de los dos estudios con estas vacunas se observó el daño inmunopatológico con eosinofilia en los pulmones que se había visto previamente en animales vacunados frente a SARS y MERS. 

En resumen, los datos de protección en modelos animales con estas dos vacunas indican claramente que el desarrollo de una profilaxis eficaz y segura para humanos es posible, si bien aún queda un largo camino por delante.