La no tan imborrable huella de Alberto Corazón en Burgos

I.E.
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El diseñador y artista fallecido ayer fue el artífice de la imagen corporativa municipal entre 2000 y 2012, fecha en que el Consistorio decidió cambiar la 'marca' de la ciudad

La no tan imborrable huella de Alberto Corazón en Burgos. - Foto: Luis López Araico

Como en tantas ciudades de España, el afamado diseñador Alberto Corazón -fallecido ayer a los 79 años- dejó su impronta en Burgos con la creación de una marca corporativa municipal que se impuso a la de otros artistas de renombre de la época, Javier Mariscal y Óscar Mariné.  Era el año 2000 cuando el Gobierno de la ciudad -a cuya cabeza estaba el socialista Ángel Olivares- creyó oportuno convocar un concurso para «modernizar la imagen de Burgos y su Ayuntamiento y con el fin de homogeneizar» la carta de presentación de la capital burgalesa, que hasta la fecha utilizaba un batiburrillo de modelos tipográficos en carteles, documentos, etc. 

Qué mejor manera de llevar a cabo tal empresa que impulsando un concurso cerrado que con «tres de las máximas figuras del diseño de aquellos momentos», recuerda Olivares. Tras la presentación de los trabajos, el jurado se decantó por Alberto Corazón, quien «trabajó mucho y con mucho entusiasmo y terminó presentando el concepto más atractivo». Y es que, apunta el ex regidor, el artista «sentía un gran afecto por Burgos y acudió en muchas ocasiones a la ciudad antes y después de llevar a cabo su trabajo». Su diseño era muy completo, porque recuperó los colores de la capital (distintas variaciones de rojo, grana y oro) y modernizó un escudo del año 1400. 

Sin embargo, una huella que quizá debía haber sido imborrable, no lo ha sido tanto, pues en 2011 el Ayuntamiento modificó aquel diseño porque, en teoría, entraba en conflicto con la marca de ciudad (la ‘B’ de Burgos, el Sonríe, las minúsculas) que Burgos quería imponer tanto en la capital como fuera. El Instituto Municipal de Cultura, que presidía el popular Fernando Gómez, realizó un encargo a la agencia Anuncian Tormenta para acometer el rediseño integral de las letras.

En el aspecto personal, Olivares no tiene nada que decir sobre aquel cambio. Ahora bien, le molesta que en aquel momento los responsables municipales «no respetaran la integridad de la obra creativa» de Alberto Corazón, ya que al usar la imagen que el creó -mezclada con los nuevos logos- «lo único que se consiguió fue atentar contra la coherencia intelectual del trabajo» del artista. No le parece mal que se cambiara, pero debió hacerse por completo, «sin mistificar ni adulterar la creación original», lamenta Olivares tras conocer la muerte de Corazón.

El edil de Cultura reconocía en 2012 ese doble uso. «Seguiremos utilizando aquello de lo que haya reservas, por lo que ambas imágenes (la de Corazón y la nueva) coexistirán durante un tiempo», señaló a este periódico.

Nacido en Madrid en 1942, Corazón renovó el panorama del diseño español, en los primeros años de democracia, diseñando la identidad corporativa de la ONCE, Paradores Nacionales, la Junta de Andalucía, Comunidad de la Rioja, Junta de Extremadura o la de los Ministerios de Sanidad y de Cultura o el MOPU.

Premio Nacional de Diseño 1989, otros diseños suyos son el logotipo de la Sociedad General de Autores (1989), una campaña de Acnur España (1995) o una línea de cajeros automáticos para Caja de Madrid (1996). Como diseñador industrial, es autor de obras tan conocidas como el teléfono DOMO y el equipamiento público de Cercanías (RENFE), entre otras muchas.