El Ayuntamiento de Burgos tendrá presupuesto por primera vez desde el año 2017. Tras más de dos meses y medio de negociaciones, el acuerdo entre el PSOE y Cs es ya total y el pacto alcanzado entre ambas formaciones no se reduce solo a un apoyo puntual de la formación naranja a las cuentas de 2020, sino que, en esencia, se traduce en una alianza que va más allá y que se marca el propósito de influir en la acción de gobierno en lo que resta de legislatura. Hay incluso fecha prevista para someter a votación las cuentas ya que los líderes de los dos partidos, Daniel de la Rosa y Vicente Marañón, habrían convenido la celebración de un pleno extraordinario en la última semana de este mes (posiblemente el jueves 27 de febrero).
Pese a que el voto de Cs será afirmativo (no se contempla la abstención) y pese a que se persigue un acuerdo a largo plazo, en ningún caso el pacto contempla una coalición de Gobierno. De hecho, la idea es que ambas formaciones presenten el pacto a finales de esta semana aunque aquí de lo que se ha hablado es de que cada grupo lo haga público por separado. Lo que se busca es dejar también clara la autonomía de cada grupo y que cada uno pueda vender sus logros.
El poco margen que da el capítulo de inversiones del borrador del Presupuesto ha dirigido la negociación hacia un acuerdo con miras al final de la legislatura en el que la formación naranja podrá imponer las que se conocen como inversiones sostenibles. Es decir, aquellas que se podrán realizar con el superávit de las cuentas del ejercicio anterior y que permiten al Ayuntamiento destinar a nuevas actuaciones el mismo dinero que se dedica a la amortización anticipada de deuda. En ejercicios pasados, varios millones de euros.
La jugada se parece mucho a la que en la pasada legislatura escenificaron el PP y el PSOE. Entonces los socialistas permitieron que el Presupuesto saliera adelante en el inicio del mandato y luego sujetaron a los populares exigiendo decidir la mayor parte de las inversiones a través de modificaciones de crédito. El entonces líder de la oposición, Daniel de la Rosa, vendió imagen de utilidad y responsabilidad con la ciudad, vio más que recompensada esta decisión en las urnas y ahora Ciudadanos quiere emular la estrategia.
En cuanto a las inversiones más inmediatas y concretas que la formación naranja ha exigido al Ejecutivo socialista se encuentra que se dé un empujón al mantenimiento de los polígonos industriales (en un principio se contaría con una partida de 400.000 euros aunque la idea es ampliarla), el estudio de un nuevo ‘polígono logístico’ que refuerce la ampliación del Puerto Seco, o la realización de un proyecto para mejorar aquellos espacios que se encuentran junto al río Arlanzón. No se trataría de actuar en los márgenes sino de hacerlo en las zonas altas (en las ya urbanizadas). Para esta iniciativa se reservarían alrededor de 200.000 euros, lo que garantizaría el interés de importantes estudios de arquitectura.
Otro de los puntos del acuerdo que lleva el sello de Marañón es el de seguir dando pasos para completar la digitalización electrónica del Ayuntamiento. Se busca avanzar en el expediente digital y ahí se quieren poner recursos para que sea una realidad en los próximos ejercicios. Cabe recordar que completar este trabajo exigirá un desembolso de 3,6 millones a ejecutar en cuatro o cinco años.
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