El mercado de la automoción se encuentra sumergido en un cambio de costumbres desde hace años que está transformando el sector tal y como lo conocemos. Si lo habitual hace años era que las ventas de vehículos nuevos superasen ampliamente a las de segunda mano o kilómetro cero, a día de hoy, y según los datos facilitados por Faconauto, la patronal que integra las asociaciones de concesionarios oficiales de las marcas de turismos, la tendencia ha cambiado de forma radical y estos últimos copan ahora las transacciones.
Hasta el 31 de julio de 2019 se habían matriculado en la provincia 3.431 coches nuevos, mientras que si nos referimos a los seminuevos la cifra se eleva hasta los 9.121, casi tres veces más.En comparación con el mismo periodo del año pasado, los vehículos a estrenar vendidos alcanzaban las 4.120 unidades, por las 9.478 de los otros. Si abrimos el abanico y tomamos como referencia Castilla y León, en los siete primeros meses del año se han matriculado 64.571 coches usados -sin importar la antigüedad, es decir, de entre 1 mes y de más de 15 años-, un 2,4% más que el año pasado por estas fechas, mientras que a nivel nacional son 1.278.957, un crecimiento también del 1,3% y que se viene produciendo desde principios de curso.
«Es un claro cambio de tendencia. La gente lo está viendo como una oportunidad y lo va comprando, no es para nada cíclico sino que va creciendo poco a poco por el ahorro que supone y la igualdad en el tema de las garantías», apunta FernandoAndrés, presidente de la Asociación Provincial de Concesionarios de Burgos (Aconauto). Parte de culpa del surgimiento de este nuevo mercado, admite Andrés, viene derivado por la incertidumbre que se cierne sobre el sector de la automoción y su futuro a corto plazo, lo que hace que se hayan disparado las ventas tanto de coches de kilómetro cero (ya matriculado pero sin apenas rodaje) como de vehículos de hasta 24 meses con menos de 30.000 kilómetros recorridos.
¿crisis? del diésel. Recuerda además el presidente de Aconauto que el predominio de ventas de coches de gasolina frente a los diésel, que hasta hace unos años eran los auténticos reyes del mercado, es ya una realidad más que palpable.¿La culpa de este cambio? El «miedo», explica Andrés, que a su juicio transmite el Ejecutivo Central con respecto al futuro de los vehículos impulsados por gasoil y las restricciones de acceso que están poniendo en muchas ciudades del país.También valora la mejora de la eficiencia de los turismos que se mueven mediante gasolina, cuyo consumo se ha reducido y ajustado mucho durante los últimos años, lo que repercute en un ahorro para sus propietarios a la hora de repostar. «Tienen que tener una postura clara con respecto a cómo se va a actuar en el futuro.La transición al eléctrico no puede ser de hoy para mañana, va a tardar mucho tiempo en llegar», afirma.
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