Los servicios de limpieza no descansan

C.M.
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Los operarios del servicio de recogida de basura y limpieza viaria, que gestiona la empresa Semat, trabajan todavía más estos días para quela ciudad esté limpia. Han incrementado las medidas de protección

La limpieza de las calles se hace con agua y jabón para asegurar la desinfección. - Foto: Alberto Rodrigo

Su trabajo es imprescindible las 24 horas y los 365 días del año pero durante la actual situación de alerta sanitaria por el coronavirus todavía más. Al colectivo de operarios del servicio de recogida de basura y limpieza viaria no les aplauden los vecinos cada día a las ocho de la tarde como a otros a pesar de que lo merecen, y mucho, por la labor que están realizando para que los contenedores se vacíen ahora que hay más residuos y las calles estén desinfectadas. Únicamente en algún barrio les han dejado mensajes pegados al contenedor agradeciendo su labor pero es muy poco para el esfuerzo que realizan. 

Es de esos empleos que siempre están ahí pero no se valoran lo suficiente hasta que faltan y, en este caso, la recogida de residuos y la limpieza de las vías públicas, no pueden fallar. Y no lo están haciendo gracias a la plantilla de Semat, compuesta por 271 trabajadores. Desde el primer momento han dado lo mejor de sí mismos a pesar del «miedo» y «nervios» que tienen aun extremando todas las precauciones. En las primeras semanas trabajó un tercio de personal para evitar contagios que pusieran en peligro un servicio esencial, luego se incrementó hasta la mitad y ahora llega al 75%. Se mantuvieron en todo momento los turnos de mañana, tarde y noche y se incrementaron las medidas de autoprotección de los trabajadores y de limpieza de los vehículos.

Diario de Burgos acompañó al turno de noche para conocer cómo desarrollan su trabajo. La llegada de los trabajadores a las instalaciones que Semat tiene en Villalonquéjar se realiza de manera escalonada. Muchos acuden con el uniforme puesto y otros aprovechan para cambiarse en sus coches particulares una vez aparcados en el recinto. Se dejaron de usar los vestuarios como medida de precaución y ahora se deja a la voluntad de cada operario. Recientemente, la empresa ha implantado un servicio de lavandería, de modo que se deja el uniforme en una bolsa y se devuelve limpio unos días después. Tampoco se ficha mediante huella digital sino con tarjeta para no tocar el fichero.

Son las 22 horas y van incorporándose los primeros. La noche es fresca pero el ambiente es cordial entre los operarios. Media hora después llega el jefe del turno de noche, Ignacio Arnaiz , que es el encargado de repartir el material de autoprotección (mascarillas, guantes o trajes desechables...) y de dar las instrucciones, ahora en el exterior, para repartir al equipo por las siete zonas de recogida de basura en las que está repartida la ciudad. Los compañeros que se encargan de la limpieza viaria ya están por las calles, pues su centro para cambiarse, recoger el material y los carros está en la calle Delicias. 

colaboración. Arnaiz asegura que los trabajadores han mostrado toda la predisposición posible para garantizar las medidas de protección. «Sabemos lo que hay y se afronta con toda la normalidad del mundo. Todo ha sido colaboración. En el turno de noche no ha habido ningún caso», aseguró.

Desde las instalaciones de Villalonquéjar salen los camiones, que previamente ha desinfectado cada operario, operación que se repite cuando acaba el turno. Antes del coronavirus la salida hacia los diferentes puntos se hacía a la misma hora pero ahora se efectúa en franjas de un cuarto de hora a partir de las 22.45. Junto a los grandes vehículos salen otros más pequeños con una caja cuyos operarios recogen la basura que se ha quedado fuera de los contenedores que no pueden llevarse los camiones de recogida lateral o los denominados satélites, que se ocupan de los soterrados. También hay una serie de vehículos cisterna que se encargan de desinfectar los contenedores, una labor que se ha intensificado. 

Paralelamente por diferentes calles ya están los barrenderos barriendo a mano o con barredoras mientras otros operarios rocían las calles con agua y jabón para desinfectarlas. Todo ello para que al día siguiente las calles estén lo más limpias posible y no haya residuos.

Desde Semat han notado que estos días hay más basura orgánica doméstica pero se ha reducido la de los comercios y locales de hostelería. Sin embargo, advierten de que están notando que se dejan muchas bolsas fuera. «Ello no quiere decir que los contenedores estén llenos sino que lo hacen por no tocan el contenedor. Estamos realizando más desinfección de los mismos», señaló Ignacio Arnaiz.

Especialmente han aumentado la recogida de envases quizás porque al estar más tiempo en casa se consume más y recicla más o hay mayor conciencia ecológica.

Sea como fue en manos de los ciudadanos está ser responsables y depositar los residuos dentro del contenedor que corresponde para que el trabajo de los operarios sea un poco más fácil. «Se está haciendo un esfuerzo adicional y la colaboración ciudadana es importante», aseguró el presidente del comité David Nicolás Yufera.

Sin duda, un servicio esencial e indispensable que merece el aplauso y el reconocimiento de todos.