"En cuanto sepamos algo de latín, nos conoceremos mejor"

María Albilla Muñoz (SPC)
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El doctor en filología clásica asegura que quien lea su libro 'Latin lover' se va a dar cuenta de que controla más de esta lengua de lo que se imaginaba

"En cuanto sepamos algo de latín, nos conoceremos mejor" - Foto: JUAN LAZARO

Instrucciones antes de leer estas líneas. La primera es dejar de lado los prejuicios porque el tema que se va a tratar es el latín. La segunda es echarle sentido del humor porque aquí lo hay, y mucho, empezando por el título del libro que nos ocupa: Latín lovers. La lengua que hablamos aunque no nos demos cuenta (Espasa). Sí, la lengua clásica como un idioma que está más vivo que nunca y, además, se cuenta de una manera divertida, amable y entretenida llena de cine, literatura y rock and roll. El culpable de todo esto es el latín lover Emilio del Río, doctor en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid que, además, cada domingo participa en el programa No es un día cualquiera, con Pepa Fernández, en Radio Nacional. Fruto del interés suscitado por la sección Verba volant, ahora scripta manent los estrechos vínculos que hay entre nuestra forma de expresarnos, de entendernos y de relacionarnos con la de nuestros colonizadores hace ya mas de 3.000 años. Porque si algo ha resistido el paso de los siglos, como explica Del Río, es la lengua latina. 

Así que es usted un latín lover...

Soy, absolutamente, un amante del latín. Latin lover quiere decir el amante apasionado y atractivo. Latín lover es el amante apasionado del latín y yo quiero pensar que esto hace atractiva a la persona, desde el punto de vista intelectual y, si me apuras, también estético.

¿Cómo puede ser el latín divertido?

El latín es divertido, muy divertido y lo demuestra este libro. Tiene 53 capítulos que se pueden leer de manera aleatoria, no tienen un hilo conductor, y seguro que sacan más de una sonrisa al lector. Además, quien lo lea se va a dar cuenta de que controla mucho más latín, de Roma y de la cultura clásica de lo que pensaba. 

Leyendo su libro vemos que somos todo Roma, pero ¿qué se encontraron ellos aquí?

Los romanos civilizaron el Mediterráneo. Hay una escena de La vida de Brian (1979), de los Monthy Python, en la que Reg dice en tono jocoso: «Bueno, pero aparte del acueducto, del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, los regadíos, las carreteras, la seguridad, la ley, el orden, el derecho, los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?» ¡Si es que lo han hecho todo! Nos han dado nuestra cultura, nuestra lengua, nuestra manera de entender el mundo, de relacionarnos entre nosotros, el amor, el humor, el sexo... ¡todo!

En el programa de radio No es un día cualquiera, Verba Volant (Las palabras vuelan) es una sección del prime time de las mañanas de los domingos. ¿Esto demuestra que la cultura clásica interesa?

Hay una gran demanda de conocimiento de las Humanidades clásicas. Ahora que no están en el sistema educativo, la sociedad lo reclama. Creo que la pareja de baile que formamos Pepa Fernández y yo, porque Pepa es clave, hemos conseguido hacer algo divertido que llega a miles de españoles. 

Yo recuerdo haber estudiado dos años en el colegio y solo aprendí aquello de Veni, vidi, vici.

En la medida que sepamos algo de latín, nos conocemos mejor a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Una cosa muy importante del libro es que está pensado para las personas que no tienen ni idea de latín e incluso para los que lo odian después de haberlo estudiado.

Bueno, con este libro he aprendido que Séneca decía Non scholae, sed vitae discimus (No para la escuela, sino para la vida aprendemos)...

Es que aprender no tiene que estar relacionado con sufrir. Hay que aprender pasándoselo bien. Esto que decía Séneca habría que aplicarlo en la enseñanza en general. Estudiamos muchas cosas en la escuela para aprobar y es un planteamiento erróneo. Hay que estudiar para la vida, para formar ciudadanos críticos y libres. ¿Qué hay más importante que educar a personas que sepan pensar por sí mismas? Las Humanidades ayudan a conseguir este objetivo. El latín es la libertad.

¿Se le da la importancia que tiene a esta materia en la educación?

Se puede mejorar mucho. España es uno de los grandes países del mundo, pero hay otros como Italia, Inglaterra, Francia o Alemania en los que se estudia más latín que aquí. Qué menos que un par de años en Secudaria... también sería necesario algo de griego. Eso nos haría un país mejor. El latín es una herramienta para ello.

¿Un pacto por la Educación no sería también una buena señal en un gran país como dice que es España?

En el pacto por la educación que tiene que llegar, el latín debería ser una clave. 

¿Es bueno que la Ley Celaá, con la que se pretendía sustituir a la Ley Wert, se quedara por el camino?

No quiero entrar en si una ley u otra. España necesita un gran pacto por la educación en la que esta materia sea una piedra angular. Cuando Emmanuel Macron llegó al Gobierno en Francia, su ministro de Educación dijo en su primera semana en el cargo que el país iba a estudiar más latín. Hagamos lo que hacen nuestros vecinos para mejorar.

En España es que tenemos tal frustración con los idiomas que llegan hasta nuestros ancestros...

Mira, con lo que nos cuesta el inglés y el 60 por ciento del vocabulario de ese idioma procede también del latín. Estudiar latín también ayudaría con el vocabulario.

De hecho habla en latín de temas tan actuales como el Brexit.

Los ingleses, hasta para salir de la Unión Europea, usan el latín. Brexit está lejos de ser una palabra inglesa. Es latina. Es una palabra compuesta de Britannia, que es como llamaron los romanos a la isla, y exit viene de exitum, el participio del verbo exeo, exis, exire, exivi, exitum, que significa salir y que en español da el verbo ir. El latín permite interpretar mejor la realidad.

¿Y usted es más de pedir cervesia o de vinum?

Los romanos tomaban las dos cosas, pero me parece muy significativo que para ellos la civilización terminaba donde ya no había vino. Era fundamental, un elemento de cultura y de civilización. Por cierto, que los vinos de Hispania eran especialmente valorados ya entonces. Decían aquello de Beati Hispani quibus bibere uiuere est, es decir, Dichosos los hispanos para los que vivir es beber.

Una de las relaciones que más divertida me parece es la que concluye que pedir un plato de jamón y de gamba son la misma cosa...

Sí. Es muy divertida. Además, es que eso está en nuestro ADN cultural. Jamón y gamba son lo mismo porque las dos palabras tienen la misma raíz.

¿Cuál es la sucesión de ideas que más le divierte del libro?

Me resulta imposible quedarme con una por encima de otra. Me lo he pasado genial escribiéndolo y pienso que todas las cadenas son igual de divertidas. Además, muy importante, con todos los capítulos creo que se puede aprender algo.

Ahondemos en alguna de ellas. Por ejemplo, ¿cómo puede estar tan estrechamente relacionado el amor con la codicia?

¡Muy buena! El dios del amor en Roma es Cupido. Cupidus, -a, cupitum es quien desea. Quien desea es codicioso, que es la misma palabra porque viene del mismo verbo, cupiditas, en el latín medieval cupditica, que en español da codicia. Como decía San Agustín de Hipona, uno de los padres de la Iglesia, «la única medida del amor es el amor sin medida», eso es cupido, el amor sin medida, en el buen sentido. Nuestra manera de entender el amor, también viene del mundo clásico.

¡Y hasta la felicidad es cosa de ellos! 

Felicidad nace de felicitas, felicitatis que deriva en español a feliz y al nombre propio Félix. De la misma raíz viene el verbo fello, -as, fellare, fellavi, fellatum, que es mamar. El que mama es filius, -i y la forma femenina filia, -ae, que llevan en nuestra lengua a hijo e hija. La felicidad se identifica etimológicamente con lo que siente el niño cuando está mamando.

También se habla de sexo, pues de relaciones también nos enseñaron, incluso gráficamente. Estas evolucionaron en coyunda, ya fuera entre cónyuges, o no.

Los conyuges son los que están unidos por el yugo. Es la misma raíz. A partir de ahí tenemos conyuges, coyunda, e incluso yoga, que es la unión con la espiritualidad. Fantástico cómo el lenguaje nos revela las relaciones sociales, humanas y personales.

Y yo me pregunto... ¿qué hemos inventado nosotros? Porque me viene a la cabeza la tecnología, que viene de tecnos, técnica u oficio, y logia, estudio. ¡Pero esto es griego!

Afortunadamente, el mundo ha mejorado mucho. ¡No tenían teléfono! y además esta palabra, también es griega. Los instrumentos cambian con el tiempo, pero los sentimientos son los mismos. Por eso digo que la manera de entender el amor, el humor, las relaciones sociales, cómo nos gusta pedir una ración de jamón o de gambas con los amigos, el odio, el sexo o la pareja son absolutamente latinos. 

Del libro también se desprende que es amante de la música, los libros y el cine.

Sí. En el libro hay mucho cine, mucha literatura, mucha música. ¡Hay mucho flamenco y mucho rock! También sexo, gastronomía... esas cosas que hacen que la vida merezca la pena ser vivida.

Nuestro español viene del mestizaje con el latín, pero ¿hacia dónde se encamina?

Del mestizaje con el día a día, pero el latín seguirá siendo inmortal. Se ha demostrado que es una de las cosas más resistentes del mundo. ¡Ha aguantado 3.000 años! Eso es una muestra de que mientras la tierra siga girando y nos sigamos comunicando, seguiremos necesitando nuestro origen latino. El español es una de las grandes lenguas del mundo y tiene muchísimo recorrido. Por eso para saber bien español, hay que saber algo de latín