«Por fin se hace justicia con el apellido de nuestra madre»

I.E.
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Los hijos de Rosa Manzano expresan su alegría por que Adif, 12 años después de inaugurar la estación de tren, corrija su error y denomine a la infraestructura con el nombre con que se conocía a la ex directora general de Tráfico

Álvaro, Nagore y Urko Torres Manzano posan frente al rótulo de la estación, que aún conserva el nombre de Rosa de Lima. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Por fin la alegría de los hermanos Torres Manzano va a ser plena. Doce años después de que Adif decidiera bautizar con el nombre de su madre a la estación de ferrocarril de la capital burgalesa se aviene a enmendar su error y a cambiar el ‘Rosa de Lima’ actual - nadie conocía a la ex directora general de Tráfico por su nombre completo- por el de Rosa Manzano, en el que se incluye el apellido que le dio la fama política en los años 80 del pasado siglo.

Los hijos de esta mujer, fallecida en 1988 en accidente de aviación, se muestran muy satisfechos con una decisión que «por fin hace justicia» con su madre. Y es que en todos estos años Álvaro, Nagore y Urko han tenido una sensación agridulce con el nombre de la estación de ferrocarril. Por un lado, sentían un «agradecimiento inmenso» por el hecho de que el Ministerio de Fomento se acordara de su madre, pero por otro no podían dejar de experimentar «cierto chasco» al ver que Adif se había confundido con el nombre, ya que nadie la conocía como Rosa de Lima (santa peruana) sino como Rosa Manzano. Álvaro recuerda que Alfonso Guerra, el vicepresidente del Gobierno con Felipe González, sí que la llamaba Rosa de Lima «en tono de broma, como un chascarrillo en el seno del partido», pero en Burgos «era Rosa Manzano a secas».

El propio Álvaro recuerda que fue un amigo, hace una docena de años, el que le envió un recorte de este mismo periódico en el que se anunciaba que la nueva terminal de tren iba a denominarse con el nombre de su madre. «No me lo creía, di saltos de alegría, pero al ver que luego colgaron el nombre de Rosa de Lima fue una decepción», reconoce. 

Su hermana Nagore está de acuerdo con él en que «tras la felicidad» de conocer que su progenitora iba a dar nombre a la estación se sintió «algo chafada» al ver que el ‘Rosa de Lima’, que «para nada la representaba». «Nadie, ni su familia, la llamaba así, era conocida como Rosa Manzano», evoca. Con el cambio, que será «inminente», según le ha comentado el alcalde, Daniel de la Rosa, a la familia, «la gente tendrá que acostumbrarse a la nueva denominación». «Quizá sirva para volver a recordar que se trató de una mujer pionera en muchos aspectos, una mujer fuera de lo normal que por desgracia se fue pronto».

Urko, el tercero de los hijos, confiesa que desde hace unos meses albergaban «la esperanza» de que el Gobierno central enmendara el error. «Y se ha conseguido, con lo que ahora la satisfacción es plena». Asimismo, confía en que el cambio sirva para que los burgaleses «se interesen» por la figura de su madre, una luchadora por la igualdad que, si no hubiera sido por el trágico accidente de helicóptero que segó su vida, a buen seguro que se hubiera sentado en el Consejo de Ministros de Felipe González.

Rosa Manzano ejerció la abogacía en Aranda y Burgos y fue una de las tres primeras mujeres elegidas en las urnas (en 1979) como concejalas del Ayuntamiento capitalino. Lucía Eroles y Carmen Santos de Quevedo fueron las otras dos.

No terminó la legislatura porque, tras la victoria socialista en las elecciones del año 1982, fue nombrada gobernadora civil de Palencia, una ciudad que aún la recuerda. Tras cinco años allí en ese cargo, en 1987 fue nombrada directora general de la DGT, la primera mujer que lo fue.

En junio 1988 tuvo lugar el fatídico accidente que segó su vida y truncó su carrera política casi nada más llegar a Madrid. Falleció trágicamente cuando el helicóptero en el que viajaba junto con Santiago Amón (crítico de arte y padre del periodista Rubén Amón), el diputado Alberto Acitores y los pilotos Manuel Moratilla y Santiago Aizpurúa se estrelló en la Sierra de la Cabrera en un viaje a Aguilar de Campoo. Ninguno sobrevivió.

Ojalá esta vuelta a la actualidad por la corrección de su nombre en la estación de tren de Burgos sirva para revisar la figura de una mujer que dejó una gran huella en la política de los primeros años de la democracia y que tanto hizo por la igualdad.