El calor amplía hasta 160 las especies de aves en la Bureba

S.F.L.
-

El 25% son pájaros que se asientan desde marzo hasta octubre para criar y en otoño regresan a África

Imagen de una abubilla en el entorno de los Montes Obarenes. - Foto: JOSU OLABARRIA

Con la llegada de la primavera numerosas especies animales despiertan del letargo del invierno y otras tantas, como las aves, recorren miles de kilómetros para  criar. La comarca burebana es el espacio elegido de unas 40 variedades de pájaros para tal fin y con ellas la lista de residentes en época estival se incrementa aproximadamente hasta las 160.

Los amantes de la observación de aves podrán disfrutarlas a partir de marzo hasta finales de septiembre. No existe una homogeneidad en las fechas tanto de llegada como de partida, que varía según cada especie. El avión roquero es uno de los primeros en aterrizar de su largo viaje y el vencejo común de los que antes abandonan los territorios de cría en el mes de agosto. No obstante, otros prolongan sus pasos durante todo el otoño. Las aves migratorias realizan cada temporada dos recorridos que coinciden  en el tiempo con la primavera y el otoño. Al primero se le conoce como paso prenupcial y al segundo como postnupcial.

Según el testimonio del ornitólogo Josu Olabarria, hasta unas 160 especies de manera común se pueden observar en el entorno de la Bureba pero pueden llegar a sobrepasar las 180. «Es ahora cuando mayor número se concentran a excepción de las de paso y las invernantes que son muy poquitas», explica el experto. Respecto a las aves residentes, que son las ‘empadronadas’ en el territorio los 365 días de año, corresponden al grueso mayor en el entorno burebano. Por el momento no hay  habilitado ningún punto de avistamiento de aves aunque el Ayuntamiento de Quintanilla Cabe Rojas proyecta construir uno e instalar un comedero para los buitres u otras especies carroñeras en un monte próximo al núcleo urbano, junto a las balsas de agua.

Cabe destacar que la Bureba es el espacio ideal para los apasionados de la ornitología, ya que al haber tantos hábitats -zonas de cultivo, bosques, ríos o montaña- la observación resulta una actividad de lo más entretenida. «Los pájaros eligen sus lugares de residencia en función de su alimentación y por ello existe tanta variedad», declara Olabarria que también quiere destacar los comportamientos surgidos de estos seres como consecuencia del cambio climático. «Las aves fueron los primeros organismos vivos en detectar el calentamiento global y de alertar al hombre de su existencia. Son unos extraordinarios bioindicadores, muy buenos termómetros que miden el estado de salud de nuestro medio ambiente», aclara.

Estudios realizados demuestran que varias aves migratorias no tienen necesidades de cruzar el Estrecho de Gibraltar y recorrer tantas distancias para asentarse porque se han adaptado a las temperaturas del sur de España. En la comarca burebana «hemos detectado la presencia del elanio azul, una rapaz africana que ha conseguido aclimatarse a las condiciones del norte y que se la puede ver durante casi todo el año», asegura.  

Si bien, el ornitólogo pide que la gente «disfrute del medio natural pero que no se olvide de cuidarlo porque todos somos naturaleza».