Trabajar al servicio de la administración pública es el sueño de muchos. No obstante, este anhelo se ha vuelto más complicado que nunca desde hace años ante la falta de reposición del personal que va dejando su puesto. Hay que remontarse hasta el 1 de enero de 2015 para hallar un ejercicio en el que la provincia de Burgos aumentó el número de empleados públicos, que por aquél entonces era de 23.248, apenas siete más que doce meses atrás. Desde entonces la tendencia a la baja continuó como si nada hubiera pasado... hasta este 2020.

Durante los pasados 366 días la cifra de funcionarios y personal laboral creció en Burgos en hasta 453 trabajadores, pasando de los 22.352 con los que se cerró el 2019 a los 22.693 actuales. Así se desprende de la última edición del Boletín estadístico del personal al servicio de las Administraciones Públicas que publica dos veces al año (en los meses de enero y julio) el Ministerio de Política Territorial y Función Pública.

Pero, ¿a qué se debe este giro radical y tan sorprendente? Para comprender los cambios hay que ver la evolución por ámbitos siempre dentro de Burgos: en cuanto a los empleados que trabajan para el Estado, su número cayó de los 5.260 a los 5.141, una pérdida de 119 puestos. Los que cobran de las administraciones locales (ayuntamientos, diputaciones, cabildos o consejos insulares) crecieron en siete, de 4.582 a los 4.589 a día de hoy.

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