«Algunos ven en mí un filón para atacar al PSOE»

RAÚL CANALES
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Licenciada en Empresariales y con una dilatada carrera profesional en el sector privado, la actual es la primera legislatura de Matilde Fernández en el Ayuntamiento mirandés. El peso de sus concejalías le obliga a lidiar con las principales polémicas

Matilde Fernández, edil de Hacienda, Personal y Contratación en el Ayuntamiento de Miranda. - Foto: R.C.G.

Sobre las espaldas de Matilde Fernández recae gran parte de la gestión municipal, ya que es responsable de Hacienda, Personal y Contratación, tres carteras de las que depende el funcionamiento de la administración. Aunque en los últimos meses le ha tocado estar casi permanentemente en el ojo del huracán, defiende su labor y asume las críticas como parte de la política. 

El resultado económico del pasado ejercicio  ha arrojado un saldo negativo por primera vez en siete años. 
Era algo previsible por el coronavirus. Es cierto que no ha sido una buena liquidación, pero hay que entender el contexto, porque se ha juntado una reducción de ingresos con un incremento de gastos. 

El efecto de la pandemia es evidente, pero también hay un agujero provocado por errores en la previsión de la recaudación impositiva. 
El mismo día que aprobamos el presupuesto conocimos el coeficiente del IBI, pero decidimos seguir adelante porque no queríamos retrasar todas las inversiones y los procedimientos administrativos. A eso se ha sumado luego la crisis sanitaria, que era algo impensable.

El tiempo ha demostrado que el expediente descartado a la hora de presupuestar el IBI era el que más se ajustaba a la realidad. 
Reconozco que no acertamos, pero en su momento no me parecía el informe más exacto por la información que aportaba. Confundirse es de humanos, pero creo que ya he dado suficientes explicaciones sobre este tema. 

¿Cree que la oposición centra casi todas las críticas en usted para tratar de desestabilizar al equipo de gobierno? 
Puede ser, aunque esta pregunta debería hacérsela a quienes lo intentan. Cada uno decide su forma de hacer política. Quizá algunos piensan que han encontrado en mí un filón para atacar al PSOE, aunque para ello tengan que utilizar temas personales más que políticos. Eso sí me duele, porque caer en la descalificación personal es síntoma de falta de altura política. Aún así, estoy tranquila porque entré en la corporación para trabajar por la ciudadanía y es lo que voy a seguir haciendo. 

¿En algún momento se ha planteado dimitir?
No. Me he sentido muy apoyada siempre por mis compañeros. 

¿Esperaba una legislatura tan dura con mayoría absoluta? 
No esperaba nada. Acepté el reto porque me parecía atractivo.  De todas formas, a veces me queda la duda de si no me explico bien o si realmente no se me quiere entender, porque veo que se sigue dando vueltas a los mismos temas durante mucho tiempo. 

¿Le duelen las comparaciones permanentes con su antecesora? 
Al contrario, porque Laura Torres lo hizo muy bien en su etapa y también entiendo que muchas de esas comparaciones responden al juego político para desgastar.  

La oposición asegura que otra vez ha inflado los presupuestos para este año. 
No es cierto. Hay diferentes criterios a la hora de elaborar las cuentas y no importa el que elija porque me criticarían igual. Personalmente prefiero hacer los números con la recaudación total en vez de presupuestar a la baja. 

¿Están las cuentas municipales al borde del colapso? 
Ni mucho menos. El nivel de endeudamiento de una entidad local puede llegar al 110% y nosotros estamos en un 58%. El año pasado retrasamos el cobro de tasas e impuestos, lo que nos obligó a pedir un préstamo a corto plazo que hemos amortizado antes de acabar el año, algo que no podríamos haber hecho si estuviésemos tan mal. 

¿Qué nota le pondría al estado de las arcas municipales? 
Un 7, porque gozan de una salud más que aceptable. 

Si el Ayuntamiento fuera una economía familiar, ¿cómo la definiría?
Diría que el año pasado tuvimos gastos inesperados y además al padre y a la madre les mandaron al ERTE.  Pero este año vamos a ser prudentes para recuperarnos. 

Precisamente este año no parece el más apropiado para ser austeros porque hace falta reactivar la economía. 
Podríamos pedir más préstamo para inversiones, pero nos haríamos trampas a nosotros mismos. Tenemos la costumbre de amortizar siempre un poco más de lo pedido por precaución, ya que nunca sabes lo que puede pasar en el futuro y es mejor tener margen de maniobra porque no podemos pensar solo en esta legislatura, sino en la estabilidad municipal a medio plazo. 

¿Le hubiera gustado que se concretara el pacto con Podemos e IU para que respaldaran el presupuesto? 
Siempre es mejor tener el apoyo de más partidos, pero no debemos olvidar que el PSOE ganó las elecciones y tiene un programa electoral que cumplir. El resto de formaciones tampoco puede pretender que eliminemos nuestras promesas para poner todas las suyas. 

El desfase del pasado ejercicio obliga a apretarse el cinturón en 2021. ¿Ha tenido que decir que no a muchas peticiones de sus compañeros? 
Hay dos millones menos, por lo que inevitablemente ha sido necesario afinar el lápiz en todas las áreas y controlar el gasto corriente. Aún así mantenemos el gasto en Servicios Sociales y tratamos de cumplir con las peticiones de todas las concejalías, aunque lógicamente hay que fijar prioridades. Por suerte creo que todos los concejales lo entienden. 

El PSOE llevaba años aplicando una rebaja impositiva, pero a usted le ha tocado dar la cara para hacer justo lo contrario. 
Soy consciente de que es una medida impopular, pero en política hay días soleados y otros grises. Es algo que va con el puesto. Las cuentas municipales no dejaban otra opción, aunque este tema ha hecho mucho ruido y lo único que hemos hecho es volver al IBI de 2018. Se dicen demasiadas cosas al respecto que no son ciertas. 

Hay quienes opinan que con estas medidas, el PSOE no sigue una política de izquierdas. 
La mejor forma de responder esta pregunta es comparar las ayudas que da la Junta, gobernada por una coalición de derechas, y las que dentro de nuestras posibilidades hemos dado desde el Ayuntamiento. 

Sin embargo en el presupuesto no se contemplan ayudas específicas por el coronavirus.  
Sí que las hemos contemplado en las tasas. Para las ayudas directas esperaremos a ver cuales son las necesidades reales, pero ya se han anunciado algunas. 

¿Pagamos muchos impuestos los mirandeses? 
Es una percepción que tenemos todos los ciudadanos. No he comparado detalladamente la carga fiscal con otras localidades, pero la sensación de que pagamos mucho es generalizada. Al menos no conozco a nadie en ningún lugar que en la declaración de la renta le parezca que paga poco.  

En un año de pandemia, ¿es preferible aliviar el bolsillo ciudadano o incrementar la carga fiscal para dar más ayudas? 
La clave es mantener un equilibro entre ambas cosas. A cualquier ayuntamiento que preguntes, le gustaría repartir dos millones más en subvenciones, pero hay que ser realistas. Para la oposición es fácil asumir el discurso populista y quejarse de la subida de impuestos y a la vez reclamar más ayudas, pero cuando gobiernas tienes que tomar decisiones responsables. De todas formas, el Ayuntamiento de Miranda siempre está cerca de la ciudadanía, no solo en la pandemia, y solo hace falta mirar el gasto en Servicios Sociales para comprobar lo que digo.  

Como concejala de Personal, ¿el exceso de horas extra representa un quebradero de cabeza? 
No, porque son servicios que tenemos que dar a la ciudadanía. Casi todas las horas extra son de Policía Local y Bomberos, donde los cambios  en la edad de jubilación han dejado muchas vacantes que no hemos podido cubrir de forma inmediata.  

La plantilla le acusa de no tener cintura para negociar. 
Hay que distinguir entre los trabajadores y sus representantes. En el día a día, no percibo un clima beligerante entre los funcionarios, sino todo lo contrario. Sin embargo, en las reuniones con los sindicatos, me encuentro un rechazo sistemático a todo lo que planteamos. Hay veces que parece que su único objetivo es retrasar todo, y aunque acepto que las cosas siempre son mejorables, creo que es mejor avanzar que quedarse estancados eternamente. También hay políticos de la oposición que en las reuniones se convierten en sindicalistas y los sindicalistas en políticos. 

Es la responsable también de Contratación, ¿por qué los pliegos se dilatan tanto? 
Es cierto que hay procedimientos que cuestan más, pero el año pasado se hicieron 146 contratos, que es una cifra muy elevada. 

¿Cuál es el pliego que más le ha quitado el sueño? 
Todos por igual, porque detrás de cada contrato hay un compañero responsable de esa cartera que espera su aprobación.