Secretos de Burgos a pie de calle

ÁLVAR SÁENZ
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Las medidas contra la COVID-19 reducen a la mitad el aforo de las rutas guiadas por la capital en un año complicado, que cuenta con el turista nacional para la subsistencia del sector

La ruta por el casco histórico permite a los turistas sumergirse en el Burgos medieval. - Foto: Alberto Rodrigo

La Catedral de Burgos es una joya de nuestro patrimonio que cada verano es fotografiada por numerosos turistas extranjeros, que se quedan ensimismados con su majestuosa fachada gótica. Pero este año es prácticamente imposible ver los destellos de los flashes y los palos de selfie en los reclamos turísticos de Burgos, ya que la actual crisis sanitaria ha cambiado por completo el paradigma del sector turístico. La industria, que es uno de los mayores motores económicos de España, intenta salvaguardar esta preocupante situación en el que la ocupación hotelera está bajo mínimos históricos y que por miedo a los rebrotes, los españoles optan más por hacer turismo dentro de las fronteras nacionales.

Uno de los gremios que está sufriendo las consecuencias de la pandemia de la COVID-19 es el de los guías turísticos, que debido a las medidas de seguridad impuestas por la Junta de Castilla y León, han visto como el aforo máximo de sus rutas se ha reducido a la mitad. Además, con las restricciones que se están imponiendo a la hora de viajar internacionalmente, dan por perdido al público extranjero durante este mes de agosto.

Y es que las rutas guiadas son una de las mejores herramientas con las que cuenta un turista para poder tener una visión general de la rica historia de Burgos y visitar sus puntos más emblemáticos, especialmente para el turista de paso, ya que no cuenta con el suficiente tiempo como para conocer la ciudad más a fondo.

Para poder ofrecer este servicio a esos turistas de paso, cuatro guías acreditadas de la ciudad fundaron Burgos Turismo, una empresa que nos ofrece rutas por los rincones más notables de la capital del Arlanzón y visitas a puntos de interés como la Catedral o el Museo de la Evolución.

Durante el año pasado, la mitad de las filas de los tours de Burgos Turismo las componían visitantes extranjeros, pero en esta campaña veraniega se componen casi exclusivamente de turistas de otras comunidades autónomas, que muchas veces provienen de ciudades cercanas y optan por disfrutar del encanto medieval de la capital como alternativa para pasar el día.

Para poder visitar el histórico casco urbano burgalés, la empresa ofrece la modalidad Free Tour, en la que los clientes al finalizar la ruta proponen una tarifa, en función de la valoración que hagan de la calidad de la ruta y de la atención ofrecida por el guía. Esta alternativa a las rutas con los precios cerrados de antemano se encuentra en auge en nuestro país. Rocío, guía de Burgos Turismo, considera esta tendencia como «algo positivo, ya que se puede ofrecer al público una experiencia que se adapta a todos los bolsillos».

Pese a las restricciones, que han obligado a suspender ciertas actividades como las rutas teatralizadas, Burgos Turismo continúa ofreciendo el mismo número de tours diarios que el verano pasado. «Al reducir el aforo a la mitad, con que tengas dos familias y tres o cuatro parejas en una ruta prácticamente ya la tienes llena», apunta Rocío. La empresa planea seguir con este ritmo, ofreciendo rutas todo el año, siempre y cuando las circunstancias sanitarias lo permitan.