Cárcel por obligar a un joven con asperger a robar cobre

I.E.
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El condenado y dos menores le dispararon con una pistola de perdigones y le golpearon y patearon

La sección penal de la Audiencia Provincial dictó la sentencia. - Foto: Luis López Araico

Hay delitos que por el perfil de las víctimas merecerían un mayor reproche penal. Ancianos, niños y personas discapacitadas comprenden colectivos especialmente vulnerables y precisan de mayor protección. La Audiencia Provincial acaba de condenar a un ciudadano ucraniano a dos años y medio de prisión por obligar a robar a un joven con asperger, a quien después agredió de manera brutal y vejatoria junto a dos menores ya juzgados en otro procedimiento en la jurisdicción que los tutela.

Los hechos ocurrieron en dos días diferentes del mes de diciembre de 2018. El 22, el acusado y los dos menores obligaron a la víctima -que padece un grado de discapacidad del 42%- a sustraer cobre de una nave abandonada, en la que le dejaron encerrado. En un primer momento lo dejaron salir, pero luego le ordenaron que entrara de nuevo y echaron la llave tras quitarle el móvil para impedir que pidiera auxilio. La consigna era clara, debía retirar el cable y las tuberías, pero halló una ventana por la que escapar y se fue sin robar nada. LLegó a un bar y pidió al dueño que llamara a su padre, que fue a recogerlo.

Pero la cosa no quedó ahí. El día 27 de diciembre de ese año el ahora condenado acudió a la casa de la víctima, quien bajó a la calle con él por miedo a que le destrozara la vivienda. Se dirigieron a una casa abandonada donde esperaban los dos menores mencionados y, de común acuerdo, le tiraron al suelo y le dispararon a las piernas con una pistola de perdigones. De hecho le pusieron el arma en la cabeza para detonarla contra la misma. Estaban coaccionándole para que trabajara para ellos como vigilante de la nave donde el día 22 habían tratado de robar cobre.

Después, salieron de esa casa y fueron a otra, donde obligaron al muchacho a beber ginebra. En el momento en que el acusado abandonó esa vivienda, los menores ataron de pies y manos a la víctima, que fue liberada por el imputado cuando regresó. Uno de los chicos le pinchó en la rodilla con una navaja mientras le daban patadas en la espalda y en la cabeza. Finalmente, el joven vomitó y fue obligado a recogerlo para tirarlo a la calle. En ese momento, aprovechó para marcharse y pedir ayuda a un ciudadano, tras lo cual llegó una patrulla de la Policía Nacional, cuyos funcionarios le acompañaron al lugar de trabajo de su padre.

Como consecuencia de estos hechos sufrió lesiones en ambas piernas, de las que tuvo que ser atendido en el Hospital Universitario (HUBU). Tardó en curar siete días.  En una sentencia de conformidad la Audiencia Provincial condena al ciudadano ucraniano a dos años de prisión por sendos delitos de detención ilegal y a otros seis meses de cárcel por robo con intimidación. Asimismo ha de indemnizar a la víctima con 280 euros por las lesiones y con otros 3.000 por daños morales.