Buscando los cimientos que dibujan el paisaje de Valdelucio

I.P.
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Un equipo de la Universidad del País Vasco estudia el origen geológico de las piedras con las que se levantaron los templos de Pedrosa, Quintana y Paúl. Está financiado por Galletas Gullón y coordinado por el Geoparque Las Loras

Laura Damas, agachada, y Arantza Aramburu realizando labores de campo para localizar las zonas de origen de las piedras en las construcciones. - Foto: UPG / HGI

La geología es una ciencia poco conocida por la mayor parte de los ciudadanos, pese a que las piedras forman parte de nuestras vidas y están en todo nuestro entorno. El volcán de la Palma, que ha tenido al país en vilo casi tres meses, ha contribuido, precisamente, a extender entre los ciudadanos nociones más cercanas sobre el origen de las rocas y diversos minerales.

Así lo considera Laura Damas, portavoz del Grupo de Investigación de Procesos Hidroambientales de la Universidad del País Vasco, cuyo proyecto para conocer las litologías -parte de la geología que estudia las características de las rocas en una superficie o territorio- en tres templos del Valle de Valdelucio, ha sido el que se ha hecho con la beca que aporta para ese tipo de proyectos la empresa Galletas Gullón, en una iniciativa coordinada por la Asociación Reserva Geológica de las Loras, Argeol, impulsora del Geoparque. 

Acompañan en esta aventura de investigación a Damas que, aunque natural de Baracaldo, está vinculada a la zona donde ha pasado muchos veranos, Arantza Aramburu -que también participa en las excavaciones de Atapuerca-, Jesús Ángel Uriarte, Maialen Sagarna y Arantxa Bodego. 

De estilo renacentista, la Iglesia de Santa Leocadia se ubica en Quintanas de Valdelucio y es el más monumental de los tres. Curiosamente, destacan los distintos tipos de rocas que se utilizaron en su construcción, con un amplio abanico de tonalidadeDe estilo renacentista, la Iglesia de Santa Leocadia se ubica en Quintanas de Valdelucio y es el más monumental de los tres. Curiosamente, destacan los distintos tipos de rocas que se utilizaron en su construcción, con un amplio abanico de tonalidade - Foto: UPG / HGI

La investigación se centrará en estudiar, conocer su origen y poner en valor la variedad de las rocas utilizada en los tres inmuebles religiosos seleccionados, la ermita o santuario de la Virgen de la Vega de Pedrosa de Valdelucio y las iglesias de San Pedro Apóstol de Paúl de Valdelucio y Santa Leocadia en Quintana de Valdelucio. Aunque el estudio está comenzando y las conclusiones definitivas tardarán varios meses en conocerse, lo que sí puede confirmar Laura Damas es que toda esa piedra utilizada en la construcción de los edificios proceso del propio entorno y no de canteras específicas sino que están en el terreno, incluso, en las fincas que se cultivan. Además, otro dato significativo es que estaríamos hablando de rocas con un origen en los periodos Jurásico y Cretácico. 

Los templos, objeto de estudio, por su parte, pueden tener un origen románico, aunque también es algo que Damas quiere determinar porque no hay mucha documentación al respecto, aunque no es el objeto central del proyecto, explica. La mejor datación es la de la ermita de la Virgen de la Vega del siglo XIII. En cuanto al estado de los inmuebles es bueno en general, especifica esta investigadora de la Universidad del País Vasco, aunque también reconoce cierta preocupación vecinal por la espadaña de Paúl, porque está al aire y tiene una ligera inclinación, «pero lleva así muchos años; de hecho dicen que hubo un campanario que se quitó pensando que era el que la empujaba», añade. 

Y precisamente por ese apego de la población a sus monumentos, también se quiere involucrar a los vecinos en el proyecto, explica. Damas afirma que ya han comprobado en otras ocasiones que el uso de la roca en el patrimonio permite «presentar aspectos geológicos a la población y a la sociedad de una forma sencilla de tal manera que ellos lo hacen suyo». Y en ese aspectos, las iglesias, al margen de creencias, son inmuebles a los que los vecinos les tienen cariño e intentan conservar, «por eso, este proyecto unifica ciencia, patrimonio, cultura y sociedad», aclara. 

Ermita de la Virgen de la Vega. El templo está dedicado a Nuestra Señora de la Vega, patrona de Valdelucio. Es un lugar de romería a la que acuden no solo sus vecinos y los del entorno, sino de pueblos de la cercana Cantabria. Ermita de la Virgen de la Vega. El templo está dedicado a Nuestra Señora de la Vega, patrona de Valdelucio. Es un lugar de romería a la que acuden no solo sus vecinos y los del entorno, sino de pueblos de la cercana Cantabria. - Foto: UPG / HGI

¿Y por qué es importante conocer el origen de las rocas con la que se construyeron los templos?. Los motivos son varios, comenzando porque sabiendo su origen y características estarán disponibles para posibles procesos de rehabilitación en los mismos, además de que los propios estudios petrológico de la piedra son primordiales de cara a labores de restauración, rehabilitación y de envejecimiento, «lo que implica tener la posibilidad de frenar ciertos procesos de alteración», añade la investigadora.

La elección, por supuesto, no es casual. El Valle de Valdelucio está en el centro territorial del Geoparque de Las loras, pero al mismo tiempo, es la zona con menos proyección, visibilidad y explotación de sus recursos turísticos, menos que la zona de Sargentes o Ayoluengo, el Tozo, Villadiego, el entorno de Peña Amaya o el románico palentino. Por esos motivos, también el proyecto busca, de forma transversal, dar a conocer esos recursos del patrimonio, su valor y ponerlos en primera línea de atracción de cara al turismo.

Además, recalca la investigadora, también se seleccionaron porque tienen un importante arraigo social, como la ermita de la Vega donde se realiza una romería en la que participan los vecinos de Valdelucio, el Tozo e incluso, de la vecina Cantabria. La de Quintanas de Valdelucio por ser la de la cabecera del municipio que une a todos los pueblos del Valle, y la de Paúl porque es diferente en su construcción, no tiene la torre del campanario, sino una espadaña, es más pequeña y no usan tanta mampostería, argumenta.

Iglesia de San Pedro Apóstol. Con una sola nave, de planta posiblemente románica, y con cabecera renacentista añadida, su portada tiene arco de medio punto sencilla con leve decoración. No tiene torre y destaca su espadaña abierta inclinada levementeIglesia de San Pedro Apóstol. Con una sola nave, de planta posiblemente románica, y con cabecera renacentista añadida, su portada tiene arco de medio punto sencilla con leve decoración. No tiene torre y destaca su espadaña abierta inclinada levemente - Foto: UPG / HGI

Y ya en pleno trabajo, lo que el equipo ha ido realizando son las visitas a la zona, fotografiarla, buscar bibliografía de la geología del territorio y conocer las formaciones geológicas del mismo. Con todo ello se está realizando ya el mapeo en blanco y negro de las rocas, lo que significa que de las fachadas de los templos seleccionados dibujan las piedras que las componen; posteriormente, en una segunda fase se caracteriza cada una de las piedras, identificándolas de varios colores por sus tipos. 

Aunque la caracterización aún no está finalizada, sí se puede hablar ya de esos tipos de roca en la zona, como areniscas, microconglomerados, calizas o tobas calcáreas. La fase final será la de ir a rastrear por el campo las zonas geológicas de origen para coger muestras. A estas labores en la naturaleza se sumará posteriormente el análisis en el laboratorio con microscopio y Rayos X. En todo caso, ese rastreo es en el propio entorno, no se desplazaba la gente a largas distancias a buscar el material para levantar sus iglesias o construcciones civiles, hace hincapié Laura, «ni en el medio rural ni en las ciudades. Las rocas en casi todos los cascos urbanos identifican y definen el paisaje», aunque hace mención a que si se sale de ellos y se va a los ensanches «la cosa cambia». 

Esa diversidad de rocas que ya se ha visto está presente en la propia construcción de los tres templos, predominando en más o menos superficie unos u otros, pero dejando una estampa de diversas tonalidades en un mismo inmueble, entre claros, ocres, rojizos, grisáceos y negruzcos. Así, añade Laura, en la iglesia de Quintanas se distinguen perfectamente diversas tonalidades, casi todas de arenisca.

Laura Damas trabajando en el laboratorio, donde utiliza microscopio y rayos X para estudiar los materiales. Laura Damas trabajando en el laboratorio, donde utiliza microscopio y rayos X para estudiar los materiales. - Foto: UPG / HGI

La portavoz del equipo destaca que una parte fundamental del proyecto es su socialización, por lo que habrá una toma de contacto con los vecinos de los pueblos y el entorno para presentarlo e invitarlos a participara de forma activa. 

Por su parte, la compañía de Aguilar, principal empresa generadora de riqueza en la zona, asegura sentirse en la obligación de colaborar «con los actores de la zona para reforzar el impacto positivo que tenemos más allá del aspecto económico», en palabras de Paco Hervía, director corporativo.