A mediados del pasado mes de abril el Instituto Nacional de Estadística publicó el avance del Padrón continuo de habitantes a 1 de enero de 2020.Los datos, de carácter «provisional» como bien recalcó el INE, arrojaban un aumento de la población en la provincia burgalesa de 574 personas.De los 356.958 vecinos que contabilizaba el organismo a 1 de enero de 2019 se pasó, un año después, a 357.532.Sin embargo, en la jornada de ayer jueves el INE publicó los datos definitivos, que elevan a 357.650. Ello supone que el crecimiento demográfico de Burgos aumenta hasta los 692 individuos.

Tras ocho años consecutivos contabilizando a la baja, y cuando el término España Vaciada está más en liza que nunca, 2019 quedará en el recuerdo como el curso que rompió la tónica negativa y, quién sabe, supuso un antes y un después en la recuperación demográfica provincial. Desde 2011 la bajada de ciudadanos era una constante; ese ejercicio eran 375.657 burgaleses tras crecer en 831 individuos con respecto al año anterior. De este modo, la provincia vuelve a niveles de población de 2004, aunque muy lejos del tope máximo del que hay registros, y que consta del año del citado 2011.

El INE no entra en las razones que han podido influir para el crecimiento o bajada de población, pero sí en la diferencia entre géneros. A comienzo de 2020 había empadronados en Burgos prácticamente los mismos hombres que mujeres; ellos eran 178.578 por las 179.072 que representaban las mujeres. Con respecto a los empadronados pero nacidos fuera del territorio nacional, en la provincia se localizan 28.626 personas, 14.245 hombres y 14.381 mujeres.Los restantes 329.024 se trata de ciudadanos españoles.