Briongos financia la agricultura y ganadería ecológica

I.P.
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Aprueba una ordenanza medioambiental que establece una ayuda de 300 euros/hectárea para fomentar el cultivo de cereales antiguos, como la espelta, el centeno o el trigo serraceno

El alcalde, Tomás Camarero (i.), junto a la pareja de pastores que llegó en 2018 para hacer realidad otro de los proyecto impulsados por la pedanía. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Briongos de Cervera, pedanía perteneciente al Ayuntamiento de Ciruelos de Cervera, se ha propuesto ser el primer pueblo ecológico de la provincia, sino ya del país. En el año 2016 inició un camino que va dando nuevos pasos cada año. Entonces realizó una primera declaración medioambiental a la que siguió una segunda en 2018, ambas en favor de la limitación de uso de pesticidas y otras sustancias contaminantes en terrenos agrícolas. Es también un pueblo que apuesta por la repoblación a través del pastoreo, en una iniciativa de la junta vecinal que ha logrado traer hasta la localidad a una familia de ganaderos desde Cádiz, que se ha asentado y llevan una explotación de ovejas u cabras.

Además, los pliegos de condiciones de los bienes comunales de la junta administrativa de Briongos que se han venido sacando a subasta en los últimos años ponen como requisito el no uso de química de síntesis en el manejo del cultivo de esas parcelas.

Ahora, la pedanía da un paso más y acaba de aprobar la ordenanza medioambiental, con la que el pueblo pretende regular el uso adecuado de los pesticidas con la finalidad de preservar el entorno medioambiental garantizando la biodiversidad y un entorno saludable.

Su compromiso es tal que este año en 2020, Briongos se ha adherido a la European Pesticide Free Towns Network (Red de Municipios Libres de Pesticidas), «que concibe una Europa donde el uso de pesticidas es minimizado y reemplazado por métodos alternativos sostenibles, para así salvaguardar la salud de los ciudadanos y el medioambiente, además de lograr una mejora en la calidad de vida», recalca el alcalde, quien además valora que la ordenanza llega en un momento vital, justo cuando se acaba de declara el parque natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, del que Briongos forma parte,  siendo igualmente, espacio ZEPA, zona de especial protección de las aves. 

El alcalde liga íntimamente esa ordenanza a la actividad agrícola y ganadera, y entiende que la manera de que haya nuevos agricultores, es a través de la agricultura ecológica, otra de sus fuertes apuestas de cara a la lucha por la despoblación; así, se ha propuesto  avanzar de forma significativa y ayudar a hacer realidad este escenario futuro de sostenibilidad y de calidad medioambiental, siguiendo la filosofía de una PAC Green.

El propio alcalde reconoce que su ordenanza va mas allá de sus propias competencias como pedanía, pero está dispuesto a seguir adelante y se acoge a su «necesaria autonomía municipal para tomar las iniciativas para el bien público y preservación de nuestro patrimonio natural», argumenta.

En esa línea va la aprobación en pleno de una convocatoria de ayudas a la agricultura ecológica. Se ayudará al agricultor ecológico durante 5 años y se deja una consignación anual de 3.000 euros, con un total de 15.000 para el quinquenio. La cuantía será de 300 euros por hectárea  y año. La idea es conseguir un máximo de 10 hectáreas en el total de los 5 años.

La pedanía aboga por la recuperación de producción de cereales antiguos, como la espelta, el centeno, variedades de trigo como candeal o el trigo sarraceno que tienen altas rentabilidades. Si el agricultor apuesta por otro tipo de producto deberá solicitarlo a la junta vecinal.

Todos los agricultores que sigan esos protocolos se beneficiarán de las ayudas. Por el contrario, para ir controlando el uso de pesticidas, el agricultor que utilice esos productos deberá comunicarlo con una semana de antelación y por escrito, explicando productos, dosis y tierras donde se echan. Se penalizará hasta con 1.000 euros si no se informa de esa práctica; con 500 euros si se informa con retraso o tras su aplicación y con 300 euros si no se adecua a las cantidades y productos establecidos por normativa.

La ordenanza de medio ambiente también regula y sanciona el abandono de plásticos y otros tipos de envases y vertidos en el paisaje, con multas de 300, 200 y 100 euros por el abandono de plásticos, cristales y papeles y cartones, respectivamente. 

En cuanto al control de aguas subterráneas, se especifica que todos los pozos existentes de agua en la localidad tienen que tener un contador, permiso necesario y señalar el número de metros cúbicos  permitidos. Se sancionará el uso excesivo de agua por encima de lo permitido.