La norma prohíbe cerrar las terrazas en el casco arandino

I.M.L.
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La medida se podría ampliar a zonas cercanas que no estén ubicadas en el núcleo del centro arandino

Si no se modifica la ordenanza, las terrazas en el centro tendrán que seguir conformándose con elementos móviles como las estufas o las mamparas. - Foto: Luis López Araico

En el trámite de modificación de la ordenanza de veladores en Aranda, obligada para que los establecimientos hosteleros puedan seguir atendiendo a sus clientes en medio de las restricciones por la covid-19, la culminación del texto está pendiente de los últimos detalles antes de elevarlo a definitivo para su votación. Lo que está claro es que no se va a permitir realizar cerramientos a cuatro caras en el casco histórico de la ciudad, dejando a los establecimientos de esta zona la opción de utilizar elementos móviles como mamparas para resguardar a los clientes de las inclemencias meteorológicas, mientras que los hosteleros del resto de los barrios sí podrán tener una terraza cerrada. 

En la última reunión municipal en la que se trató este asunto, la discusión se centró en definir qué parte del centro de la ciudad está afectado por esta prohibición. En principio, como casco histórico se entiende la zona coincidente con lo que era el trazado de la muralla medieval tal y como está reflejado en el plano de 1503. La disquisición está ahora en si esa prohibición de colocar cerramientos fijos para las terrazas se amplía a zonas cercanas a esta, como pueden ser los Jardines de don Diego, la plaza de la Virgencilla, el Arco Isilla u otros puntos aledaños. Esta delimitación será clave para que los establecimientos hosteleros opten o no por invertir en estos materiales que permitirían el uso de las terrazas durante los meses invernales o mientras se mantengan las restricciones por la situación sociosanitaria.

Según se está negociando en estos momentos la modificación de la ordenanza de veladores, en el casco histórico solo se podrían poner elementos móviles en las terrazas, como estufas, mamparas o toldos que se puedan recoger, dejando para el resto de la ciudad la posibilidad de realizar lo que se conoce como cerramientos a cuatro caras. En el caso de los locales que estén ubicados en otros barrios de la capital ribereña, la ubicación de terrazas cerradas dependería del espacio con el que cuenten en su entorno. 

Desde la Asociación de Hosteleros de Aranda y la Ribera (Asohar) son conscientes de los inconvenientes que pueden suponer las terrazas estables en el casco histórico para el tránsito de los peatones, sobre todo aquellos con movilidad reducida y problemas de visión, para los que está pensada la norma de que las terrazas se tienen que situar a 1,80 metros de las fachadas para facilitar la movilidad. «Nosotros no queremos adueñarnos de la vía pública, por eso creemos fundamental que se pueda modificar el itinerario peatonal accesible», plantean desde el sector, ofreciéndose incluso a que cada establecimiento se haga cargo de los cambios que haya que realizar para asegurar esa convivencia en la vía pública en el caso de que no recaiga en el Ayuntamiento.

Anclajes fijos. Otro de los mayores escollos que se están encontrando en la negociación con la Administración local son los anclajes que determinados elementos precisan para poder ubicarlos con seguridad, como los cortavientos o las mamparas. «De nada nos sirve poder poner una mampara si luego corre peligro de moverse o caerse, ahora hay muchos sistemas para poder anclarlos al suelo y que, al quitarlos, no quede ningún resalta en el suelo, pero necesitamos unos sistemas que nos permitan hacer vida en los veladores», comentan desde Asohar.

A la espera de que se aclaren todos los puntos y la modificación de la ordenanza municipal de veladores en Aranda vea su aprobación definitiva por parte del pleno, los hosteleros se adelantan a pedir que se facilite la tramitación de las solicitudes que se puedan plantear, agilizando los requisitos burocráticos y los trámites que se tienen que cumplimentar para obtener las autorizaciones necesarias. «Cuando se posibilitó ampliar el espacio de las terrazas se hizo muy bien, se resolvían las solicitudes en una semana, eso es lo ideal para no tener que esperar semanas para tener la autorización», piden desde Asohar.