«Para los barrios, nada»

C. SORIANO
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Los barrios a examen (III) | La Asociación de Vecinos de la barriada de los Ríos tiene sus prioridades claras: instalación de banda ancha, abrir la calle Rodrigo Sebastián, construir una rotonda junto a Pozanos para evitar accidentes y más vigilancia

Fernando Casado (izq.) y Feliciano González (dcha.) se quejan del estado de la calle Rodrigo Sebastián. - Foto: Jesús J. Matí­as

En la barriada de los Ríos no hay una gran preocupación sobre el estado de la zona, pues los propios vecinos reconocen que el Ayuntamiento ha llevado a cabo trabajos de mantenimiento desde hace un año como, por ejemplo, el arreglo de aceras o la reforma general de la calle de Pozanos, inaugurada hace pocos meses. Ahora bien, los habitantes del barrio sí consideran que están en desventaja con respecto a los del centro de la ciudad. «Las cosas que se han hecho, se han hecho bien» afirma Feliciano González, presidente de la Asociación de Vecinos. Aunque, añade, eso no quita que no haya una serie de «cuestiones que hay que ‘ir haciendo’».

La falta de banda ancha es la mayor preocupación de los vecinos. «Es el punto más conflictivo ahora.  El Ayuntamiento y Telefónica han llegado a un acuerdo para el centro de la ciudad pero para los barrios, nada», comenta Feliciano. El problema real, apunta el presidente, es que las compañías  no quieren asumir el coste de la obra para llevar la fibra óptica a casas unifamiliares ya que trabajar por un solo cliente les sale más caro. «La solución es clara: que pasen los cables por todo el barrio y que aquel que quiera, que lo coja», sentencia el presidente. Sin embargo, las operadoras descartan la opción porque se les obligaría a ceder las instalaciones a otras compañías que, sin duda, lo aprovecharían.

Otro de los problemas es el corte de la calle Rodrigo Sebastián a la altura del que fue el Colegio Mayor Peña Amaya. Los vecinos han pedido que el barrio recupere ese vial para unir Francisco de Vitoria con Río Odra y San Juan de losLagos. Sin embargo, su solicitud se topa con un contencioso judicial sobre la propiedad de sus terrenos. Inizia Gestión Inmobiliaria defiende ser dueña del antiguo Colegio y, de hecho, están abiertos a escuchar ofertas para venderlo al mejor postor.

Pero el Ayuntamiento está pendiente de un recurso en la Audiencia de Madrid para recuperar el inmueble, que lo perdió tras ser declarada nula la permuta por la que la ciudad se quedaría con el edificio a cambio de ceder a Raviorna (luego absorbida por Inizia) una parcela de suelo público para construir viviendas.

«En su día, cuando construyeron la residencia, les concedieron levantar una verja por seguridad». Al quebrar, los vecinos pidieron que quitaran la valla, pero «con todos los líos que hubo, con que si es de los unos, que si es de los otros, lo han dejado abandonado». Ahora, el terreno, con un edificio de ventanas rotas y grafitis en las paredes, ha dejado crecer malas hierbas y zarzas que se comen la vía de San Juan de los Lagos, que es de por sí estrecha.

Rodrigo Sebastián, desde el lado de Francisco de Vitoria, es ahora un camino, ni siquiera asfaltado, que no tiene salida, y los vecinos son los primeros en aprovecharse de ello. Fernando Casado, que tiene un taller mecánico con salida por esa calle, se queja:«Esta campa se pone de coches y camiones... A las horas de salida del colegio aparcan los padres de cualquier manera, y hay unos problemas tremendos. Se dan golpes entre ellos porque vienen todos corriendo y deprisa». La situación, cuenta Fernando, acaba afectando a quienes viven en la zona. Y a ello se le suma la basura que se acumula, ya que los ciudadanos no tienen reparo en tirar sus desechos e incluso hacer sus necesidades entre la maleza que crece. «Esto es un estercolero, la gente va y tira ahí de todo». Con las barracas, afirman ambos, la situación se duplica.

Ahora tiene más sentido que nunca que se abra la vía, reclama Feliciano. «Esta calle daría servicio a toda aquella parte de Río Odra, y los coches no tendrían que dar la vuelta por donde hay más tránsito». Porque la circulación en algunos puntos de la barriada es otra de las preocupaciones de la Asociación. Hay salidas, como la de la calle Iglesia con Pozanos y Pintor Sorolla, que tienen mucho tráfico y, al no haber rotonda, llega un punto en que se encuentran diferentes vehículos de vez: «Pueden venir coches desde todas las direcciones, por lo que tienes que cruzarte con ellos en algún momento y te toca pararte en medio, y si viene alguno un poco rápido...». Lo que piden desde el barrio es una plazoleta pero, de momento, lo que han obtenido es una señal de stop, una limitación de velocidad a 30 km por hora y la reducción de la vía a un solo carril. «Siempre hay caos», acaba Feliciano. Los accidentes, eso sí, han disminuido.

Menciona, por último, que en  años pasados el vecindario ha sufrido varios hurtos en diversas viviendas. Lo que piden es, «teniendo en cuenta que han sido en viernes y sábado por la noche, que la policía se dé una vuelta». Los robos, explica, no han sido nunca de mucho valor, por lo que la cuestión, en realidad, es más el destrozo de las casas. 

Al final, reflexiona el presidente, cada Asociación se interesa en cosas diferentes, y esta aboga por poder hacer vida dentro de la propia barriada. Explica que el Centro Cultural es un espacio al que los vecinos pueden acudir con las preocupaciones que hay en la zona, pero Feliciano tiene claras las prioridades del barrio: sobre los problemas temporales, como son las barracas (si bien llevan dos años sin instalarse por la pandemia) o alguna verbena, pueden decir seis personas que les molesta el ruido, pero lo de esa calle y lo del Internet son cuestiones de todo el año.