Las risas son para las noches de verano

ALMUDENA SANZ
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Bambalúa consigue su fin de divertir al público con la adaptación de 'Patrimonios', con un elenco de pintorescos personajes al hilo de la Catedral, Atapuerca y el Camino de Santiago

La gente se troncha con estos dos investigadores de Atapuerca. - Foto: Valdivielso

Cuando los sueños de una noche de verano se fraguan a 32º es necesario pellizcarse o frotarse dos veces los ojos para creérselo si el manto estrellado que los arropa es made in Burgos. Increíble, pero cierto. La chaqueta, imprescindible cuando se sube al Castillo a ver la propuesta escénica de Bambalúa, un clásico del estío capitalino incluso en estos tiempos extraños, se quedó muerta de la risa. También. Patrimonios ha tenido que reinventarse para seguir el protocolo contra la covid-19, pero su misión de hacer reír al público se mantiene intacta. Sí, las carcajadas tienen otra música cuando los grillos hacen los coros, pero nunca se han plegado a la dictadura de la meteorología (que es caprichosa y en un tris cambia) y su papel en esta película es secundario. 

La estrella es, un año más, la risa, con permiso de los tres patrimonios de la humanidad burgaleses, que marcan el compás del baile, y las medidas de seguridad ya asumidas por los espectadores como rutina (gel a la entrada, distancia entre sillas y salida ordenada). 

La Catedral golpea primero. Que para eso luce título desde 1984, aunque irrumpa con los lloros de unas rumbosas plañideras a los pies del sepulcro de los Condestables. Que si desamparados quedamos sin su presencia, que si la señora tenía una Amazonía por bigote, que si tus ojos, bandido, robaron con cuento la sangre y la vida de mi corazón... Que si se descuidan, Cigu y Gargo no dicen ni mu. Pero la cigüeña valiente y la gárgola cagada y cagona colaron hasta su pullita contra el retraso de alguna infraestructura, aunque les saliera la cuña por la culata. Tampoco afinó el tiro el tullido Borrajas a las puertas de Santa María. Se le escapó por patas un ciego que caminaba a Santiago. ¡La concha de su madre! 
Pero donde la risa torna en el mayor hallazgo es en los yacimientos de Atapuerca. Sus padres, dos pintorescos investigadores más pendientes de hacerse un selfi que de los fósiles que esperan bajo tierra, despertaron carcajadas, muchas infantiles, y hasta podrían haberlo hecho de los mismísimos Antecessor, Heidelbergensis o Sapiens. Flash, flash, flash. 
El tiempo apremia. Dong, ding, dong... Y por el camino se ha quedado otro Patrimonio de la Humanidad. Abundan los personajes pintorescos en la ruta jacobea. El ciego no va solo hacia Compostela. Le acompañan cuatro colegas más. No se ponen de acuerdo por dónde tirar, se enfadan, se pegan con el palo, se atusan la capa y, aunque no lo quieran ni lo pretendan, la voz de Borrajas conducirá sus aciagos pasos. 
Tan desafortunados como los que se cruzan con ese pizpireto y oscuro Cupido que no entiende de razones ni condiciones y dispara flechas directas al corazón, aunque a nadie enamora con ellas. Milagros a Santiago. 

Fines de semana en las alturas. Bambalúa Teatro arrancó las funciones de Patrimonios el pasado jueves 30 de julio y aún hay nuevas oportunidades para ver el espectáculo este jueves 13, viernes 14, sábado 15, jueves 20, viernes 21 y sábado 22 de agosto y el viernes 4 y sábado 5 de septiembre. Todas comenzarán a las 22 horas y la entrada cuesta 1 euro, solo a la venta en Teleentradas.