El Montecillo pierde su esencia

J.A.D.C.
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El feudo arandino, que ya ha visto perder tres partidos consecutivos a la Arandina esta temporada, ha dejado de ser un fortín donde sacar puntos para los blanquiazules

Narváez, durante una de las oportunidades falladas por la Arandina ante el Universidad Isabel I - Foto: Julio Calvo

Se complica la temporada para la Arandina. Más si cabe. Lo transmite su falta de pegada de cara al gol (únicamente 14 goles en 11 partidos), y su ineficacia general en las áreas (ha encajado 9), pero sobre todo, sus números generales llegados al primer cuarto de liga (jornada número once dado que este curso tendrá cuarenta fines de semana de competición).

De este modo, cabe destacar que el conjunto ribereño únicamente ha logrado sumar cinco victorias desde que se alzara el telón de la temporada (el 50% contada también la jornada de descanso). Un escenario impropio para un equipo que aspira a la zona de playoff y que se agrava, principalmente, si a ese porcentaje se el une el de derrotas acumuladas hasta la fecha: cuatro contando la del último partido disputado ante el UniversidadIsabel I en El Montecillo.

Precisamente, y paradójicamente a cualquier aspirante a la zona alta, en su factor como anfitrión radica uno de los principales males del equipo. De los cinco encuentros disputados hasta ahora en casa (Santa Marta, Cristo Atlético, Tordesillas, Almazán y Universidad Isabel I), la Arandina únicamente ha sido capaz de sacar adelante dos de ellos: frente al Cristo Atlético y ante el Tordesillas (un 40%).

Sin embargo, y más allá de cómo se consigan los triunfos, lo que más preocupa dentro del análisis es la simple matemática. Y lo es porque, para optar a puestos de fase de ascenso (el título esta temporada parece quedar prácticamente descartado en favor del Zamora), el ratio de puntos que debe sumar cualquier club debe ser alto. Al menos, así lo atestiguan las últimas temporadas, donde los cuatro clasificados han roto con holgura la barrera de los 70 puntos. Números que deberían apoyarse en una gran cantidad de victorias como local (73,68% de triunfos blanquiazules de casa el año pasado; 68,42% en las temporadas 14/15, 16/17 y 17/18; ó 78,94% en la 13/14), y que, en el caso de los pupilos de Fabregat, al menos por el momento, no está siendo así.

 

BARRERADEL‘10’. Dentro de esas cifras -las de tropiezos inesperados-, decir que habrá que tener cuidado con las próximas citas blanquiazules. Al menos en cuanto a progresión se refiere puesto que, desde que se iniciara el siglo (allá por la temporada 2000/2001), cabe mencionar que pocos equipos han concedido más de diez derrotas para entrar entre los cuatro clasificados a final de curso. La mayoría, de hecho, ha rondado en torno a cinco o seis como máximo.

Sin embargo, casos excepcionales como el Villaralbo (cuarto en la 15/16 con 11 derrotas), la Gimnástica Segoviana (cuarta en 2015 con 10 derrotas, y en 2013 y 2001 con 11), o la propia Arandina (cuarta en 2008 con 11), dan aún esperanzas a la épica. Una épica bastante complicada ahora mismo para el conjunto ribereño -actualmente marcha noveno a 8 puntos del playoff-, pero que se mantiene viva en el seno de la entidad. Ahora bien, para que la llama continúe ardiendo pese a todo, el equipo deberá frenar en seco sus tropiezos. De lo contrario, la estadística, cruel, les haría incurrir en 14 derrotas. Números por experiencia que, bajo ningún concepto, han permitido la clasificación a ninguna plantilla para las eliminatorias de fase de ascenso.