Parece que la tentación es tan grande que no hay quien pueda resistirse. El irresistible poder de atracción de las setas de primavera ya se ha cobrado una víctima más, en este caso de uniforme. Un agente del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos ha sido denunciado por la Guardia Civil por recolectar hongos en un acotado de Contreras el pasado lunes.
En su caso no tendrá que enfrentarse a una posible sanción por incumplir el real decreto que regula el estado de alarma, por cuanto él no quebrantaba ninguna norma en el monte. Es más, debía encontrarse allí, porque estaba de servicio. Dan fe de ello el uniforme que llevaba puesto y el vehículo oficial en el que se desplazaba, según ha podido saber este periódico. La Comandancia de l a Guardia Civil de Burgos se ha limitado a confirmar oficialmente que sí ha realizado una actuación sobre estos hechos, sin aportar detalles.
Al parecer, el trabajador de la Delegación Territorial fue divisado por una patrulla de la Benemérita el pasado día 27 por la tarde. Se percataron de que no parecía tratarse de un ciudadano sino de una persona uniformada. De sus movimientos se podía deducir que se encontraba recogiendo setas. En un determinado momento, el agente pudo sentirse descubierto, porque dejó lo que tenía literalmente entre manos, aceleró el paso y se subió a un vehículo oficial de la Junta de Castilla y León en el que abandonó la zona.
Los guardias civiles llegaron al lugar en el que lo había avistado inicialmente y encontraron allí dos bolsas de plástico con varios kilos de setas en su interior. Tras realizar las comprobaciones oportunas para cercionarse de que, efectivamente, se trataba de un agente medioambiental de servicio y no de una persona que hubiera podido suplantar su identidad o emplear un vehículo oficial para burlar las medidas de confinamiento, la Benemérita ha decidido formular la correspondiente denuncia.
En su caso, no ha infringido el Real Decreto 463/202 de 14 de marzo pero sí la ordenanza que desde 2016 regula los aprovechamientos micológicos y recogida de caracoles de Conteras, cuyo alcalde confirma que en la actualidad tramitan el registro del acotado ante la Junta. En ella se tipifica como infracción muy grave, con multa de 6.000 a 10.000 euros, la recolección sin permiso -que cuesta 300 euros para los no empadronados o vinculados al municipio- y que también sanciona, con entre 60 y 600 euros, el incumplimiento de otros preceptos, en este caso relacionado con las bolsas de plástico. "Los sistemas y recipientes elegidos por los recolectores para el traslado y almacenamiento de las setas dentro de los montes de donde procedan deberán permitir su aireación y fundamentalmente la caída al exterior de las esporas", establece la normativa municipal. La conducta contraria perjudica la naturaleza que el agente medioambiental tiene la misión de proteger.
Un guarda rural. No es el primer uniformado denunciado durante el estado de alarma por aprovecharse de su libre acceso al monte. El 16 de abril, un guarda rural fue grabado por un vecino de Burgos capital de uniforme y entregando setas a otra persona en su todoterreno. La Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León difundió el vídeo a través de las redes sociales y la Guardia Civil investigó los hechos hasta dar con el sospechoso, un varón de 41 años. Apamcyl aclaró entonces que el infractor no era un funcionario público, sino que se trata de un empleado de la seguridad privada.
También los agentes medioambientales han realizado en estas semanas de confinamiento actuaciones que han permitido decomisar varios kilos de productos micológicos y denunciar a irredentos seteros en montes de Espinosa de los Monteros o Sedano, aunque la actuación más llamativa lleva la firma del Seprona de la Guardia Civil, que localizó a un hombre que se había jactado en redes sociales de coger los perrochicos con carretilla.