"No pierdo el ánimo pero el miedo va por dentro"

A.G.
-

Rufina Varela vive con sus dos hijos y 430 euros al mes. Come gracias a Cáritas y busca empleo desesperadamente. Mientras tanto, estudia la ESO

Rufina Varela, afanada en sus estudios. - Foto: Valdivielso

Rufina Varela, de 45 años, se vino de Honduras hace quince para evitar que la mataran. Tenía un pequeño negocio de ropa y un mal día un grupo de ocho sujetos entraron a robar con gran violencia y por poco no se la llevan por delante: "Estoy viva de milagro, me asaltaron, nos tuvieron secuestrados a mí ya mis hijos, se llevaron todo el dinero que tenía y lo que fue peor, le grité a uno que me había quedado con su cara y en mi país eso es sinónimo de que iban a ir a por mí. intranquila porque me vigilaban y hasta un vecino me dijo 'hoy la vienen a matar', así que al final decidí trasladarme a España".

Desde entonces, Rufina no ha parado de trabajar porque es una mujer con coraje que quiere para sus tres hijos una vida mejor que la suya. De hecho, todos estudian, a lo que ella le da tanto valor que va a clases de inglés y de la ESO para conseguir una mejor inserción laboral. En Burgos ha hecho de todo: Estuvo seis años como interna cuidando de una señora, ha sido cocinera, camarera, camarera de planta, ha limpiado casas...

"En enero del año pasado se me acabó el contrato que tenía en una gasolinera, en febrero se comenzó a oír lo del bicho y me dijeron que ya me avisarían si me renovaban porque si las cosas iban mal tenían que reducir gente. Y así fue , éramos seis y solo hay una chica ahora ", explica esta mujer que no tuvo derecho a paro, por lo que vive de una ayuda social de 430 euros con la que tiene que pagar alquiler, suministros y apoyar a los dos hijos que tiene aquí con ella.

"Con este dinero no alcanza para nada. Estamos en un piso compartido por el que no pago mucho dinero y por la pandemia no me han cobrado dos meses pero aún así tengo mucho cuidado con no gastar mucha luz ni calefacción para que las facturas no sean muy abultadas. Y con la comida me ayuda Cáritas con vales para el pescado y la carne y otros productos y así vamos tirando".

Rufina está en búsqueda activa de empleo y le encantaría que fuera en el comercio porque tiene mucha experiencia pero no le pone pegas a ir a una casa como externa o cualquier otra actividad. Mientras tanto, prepara meriendas caseras como una forma de que lleguen algunos euros extra a su bolsillo y no pierde el ánimo, aunque el miedo al futuro, dice, va por dentro y aflora con situaciones como su denegación del Ingreso Mínimo Vital porque en 2019 cobró mucho: "Si no trabajas, mal y si trabajas mal también. Creo que esto ha sido un engaño total".