Otro verano de retenciones en la AP-1

I.E.
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El tercer carril y los nuevos accesos se hallan aún en fase de anteproyecto y la previsión es que el tráfico vuelva a cifras de 2019, cuando se colapsó varias veces

La autopista colapsada en el verano de 2019. - Foto: Alberto Rodrigo

Este verano que se acerca inexorablemente no se parecerá ni al de 2021 ni al anterior, más bien se asemejará al de 2019, pues la normalidad pospandemia va imponiéndose poco a poco en todos los ámbitos, por fortuna. De manera que los ciudadanos -españoles y foráneos- se tomarán las vacaciones como antes, cogerán el vehículo para ir a la playa o para visitar a sus familias y los desplazamientos se multiplicarán y volverán a cifras anteriores a la covid. Las carreteras soportarán más tráfico, lógicamente. Pero en especial la AP-1, que desde que se liberalizó en diciembre de 2018 asumió la mayor parte de los vehículos que circulaban por la N-I y no ha experimentado mejora alguna, más allá de la demolición de las islas donde se cobraba peaje, de modo que su diseño no se ha adaptado al de una verdadera autovía: ni dispone de más conexiones ni cuenta con un tercer carril.

Ambas reformas están contempladas, pero su ejecución va para largo, para muy largo. El Ministerio de Fomento -bajo el último Gobierno del PP- no hizo los deberes a tiempo y las dos mejoras se proyectaron prácticamente cuando las barreras se levantaban. Así que era imposible que la gratuidad de la infraestructura se estrenara con la ampliación de la doble vía y con más entradas y salidas. Y el Ministerio de Transportes del presente Ejecutivo socialista no es que esté corriendo demasiado, sobre todo en el caso del tercer carril.

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