El uso del autobús urbano en Miranda se desploma a mínimos

Ó.C.
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El número de viajeros de transporte público se redujo el año pasado hasta los 210.000, casi la mitad que en 2019. El Ayuntamiento mirandés ha compensado económicamente a la empresa

Imagen de la parada del hospital, una de las más utilizadas y de las que más se ha resentido el pasado ejercicio. - Foto: Valdivielso

El transporte público ha sufrido con la crisis y así lo demuestran las estadísticas, Al autobús urbano se subieron el año pasado 210.000 viajeros en la ciudad, cifra que supone «un mínimo histórico, porque nunca hemos tenido un dato como este en Miranda», revela el director de la empresa gestora, Jorge López. La tendencia de los últimos ejercicios  mostraba un descenso continuo, aunque era «un servicio consolidado que no tiene nada que ver con la caída del 45% respecto a 2019», cuando el número de pasajeros alcanzó los 376.000.

Para explicar el golpe, López aclara el tipo de usuarios que se aprovechan del transporte público en Miranda, porque la principal línea une el casco urbano con el hospital. Durante los primeros meses de la pandemia incluso se llegó a suspender el servicio, como una medida municipal para frenar los contagios. Además, cuando se retomó parte de la actividad en el centro sanitario se reactivó con otras medidas para reducir el número de personas en el hospital, «como la restricción de las visitas o que acuda la gente imprescindible para hacerse las pruebas. Y todo esto resta», resume López.

Los cierres de la hostelería o la imposición del toque de queda también han contribuido al descenso «porque por las tardes las calles están desangeladas», asumen en la empresa concesionaria, donde también admiten como condicionante el miedo a usar los autobuses urbanos, aunque se desinfectan para evitar contagios.

La reducción en el número de viajeros y las medidas para evitar las aglomeraciones se compensan por el Ayuntamiento a través de un requilorio financiero del contrato cada mes, aunque anualmente las arcas municipales  han transferido dinero los últimos ejercicios para paliar el déficit de viajeros, ya que con la venta de billetes no se cubría el dinero por el que se fija la concesión.

La última aportación municipal compensa las pérdidas de septiembre y la concesionaria recibirá 8.786 euros, de los cuales la mayoría se aportan por la pérdida de viajeros, aunque poco más de 1.800 euros se conceden para que afronte la limpieza diaria de cada uno de los vehículos.

«Lo que el Ayuntamiento ha hecho es lo que dice la ley», remarca López, que apunta que cuando «existe una circunstancia de causa mayor, en este caso la covid, la concesión tiene que ser reequilibrada». «Nuestros gastos son los mismos», aclara la dirección, para añadir que el proceso de compensación se cobra a los cuatro meses, por lo que «como empresa hay que hacer un esfuerzo y sufrir un poco para pagar las nóminas», concluye.