La OMIC, para lo que conviene

J.M.
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Aguas de Burgos, empresa pública del Ayuntamiento, lleva a los tribunales un laudo de la Oficina Municipal de Información al Consumidor que le obliga a devolver unos 200 euros a un particular por varias facturas desorbitadas

El contador que ha hecho la lectura se instaló en 2015 y permite la telelectura. - Foto: Diario de Burgos

Si el pasado lunes, el alcalde, Daniel de la Rosa, no se guardaba ningún elogio sobre la labor que desarrolla la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) y hacía de sus éxitos los del Ayuntamiento, este jueves era la Sociedad Municipal Aguas de Burgos, empresa pública dependiente del Consistorio, la que decidía acudir a los tribunales para recurrir un laudo que no acepta ya que le obliga a devolver a un contribuyente el importe de varias facturas por un consumo desorbitado que la Junta Arbitral de Consumo achaca a un error de Aguas y no a que el ciudadano haya derrochado.

Nadie discute que entre el 13 de mayo y el 1 de julio se produjeran unos consumos totalmente distintos (mucho más elevados) a los que se registraban con anterioridad y posterioridad a esas fechas. Lo que provocó que hubiera una factura de 114 euros y otra de 199 cuando otros recibos emitidos no llegaban a los 45.

El 13 de junio un inspector de Aguas visitaba el domicilio pero no pudo contactar con ninguna persona. Apreció que el contador estaba funcionando sin que hubiera nadie y dedujo que posiblemente podía haberse producido una fuga. Transcurrió el tiempo hasta que el 4 y el 8 de julio regresó el mismo inspector y comprobó que el contador «funcionaba perfectamente». Y eso ha llevado a la sociedad municipal a concluir que el vecino en cuestión se había dejado «un grifo o una cisterna goteando» y luego lo corrigió el propio inquilino.

Pero resulta que en la OMIC parecen creer más al contribuyente y votaron por unanimidad a favor de la reclamación. Recordaron que «en materia de consumo se invierte la carga de la prueba y corresponde al servicio acreditar que la medición es correcta». Algo que, a su juicio (quizá por la ausencia de un informe pericial), no se ha hecho.

La situación es que Aguas cree que esta decisión puede «sentar un precedente muy peligroso» y pese a que lo que se discuten son unos 200 euros ha decidido ir a los tribunales con el apoyo del PSOE, PP, Cs y Vox. Podemos, por el contrario, defiende que «no tiene sentido que el alcalde vaya a hacerse fotos a la OMIC y alabar su trabajo si cuando de forma unánime dictamina en favor del consumidor, el Ayuntamiento lo recurre».