A vista de pájaro

SPC
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El Palacio Ducal de Béjar cuenta con la única Cámara Oscura de Castilla y León que permite una visión en tiempo real de 360 grados de toda la localidad bejarana

La Cámara Oscura de Béjar en el Palacio Ducal. - Foto: Ical

En pleno casco histórico de la localidad salmantina de Béjar se encuentra la única Cámara Oscura de Castilla y León y una de las ocho existentes en España. Ubicada en el torreón norte de las Cadenas, en el Palacio Ducal del municipio, también conocido como Palacio de los Duques de Béjar, fue inaugurada y abierta al público el 6 de enero de 2011. Se trata de un singular sistema óptico, que desde “su situación privilegiada”, como describe la técnico de Museos y Turismo, Carmen Rubio, permite una visión en tiempo real de 360 grados sobre toda la localidad, desde el que se puede divisar todo el entorno del casco antiguo, el Castañar, la zona industrial, las sierras de Béjar y Francia y “hasta los picos de Valdesangil”.

Esta Cámara Oscura fue construida en el palacio en el siglo XVI por orden de Francisco Sotomayor y Zúñiga. Se encuentra en una de las atalayas más altas de la fortificación, probablemente “la zona más antigua del edificio”, comenta Carmen Rubio, con su aspecto de “viejo castillo medieval”, donde aún se observan las formas del antiguo almenado que remataba esta fortaleza bejarana. Es ahí donde está instalada, en un espacio cerrado y oscuro desde donde deja ver “la inmensidad de la ciudad a tiempo real”.

 La Cámara

La Cámara Oscura consta de una apertura en la parte superior del chapitel de la torre y de un sistema óptico compuesto por un espejo y un juego de dos lentes. En el espejo se refleja todo lo que hay en el exterior, mientras las lentes ópticas lo que hacen es “transmitir las imágenes a la pantalla”, dice la técnico de Turismo. Ésta tiene forma de plato hondo y una forma cóncava para que “la imagen no se distorsione” y además se desplaza con ayuda de unas cuerdas, que ellos mismos manejan para que se enfoquen las imágenes y “no se vean borrosas, estén a la distancia que estén”, apunta.

El espejo hace que gire con una palanca a 360 grados y se puede posicionar con un ángulo de cero a 90 grados con esas cuerdas, “todo a tiempo real”, aunque depende un poco de la luz solar. La aleación de metal que está pintada en blanco mate para que se reflejen bien las imágenes. Así, este sistema “sirve de guía turística”, ya que es posible divisar toda la localidad “sin necesidad de recorrerla a pie” y así los turistas, como indica Carmen, “deciden lo que quieren visitar” antes de ponerse en ruta.

Claro precedente

Quizá lo que más sorprende de las cámaras oscuras en España es que “este increíble artilugio” se configura como el precedente de la cámara fotográfica, según muestran los estudios. En la actualidad, estos dispositivos ópticos se habilitan en torres o en construcciones elevadas, para percibir al detalle las panorámicas. También, como explica Carmen Rubio, se configura como el principio del periscopio de los submarinos, aunque en éstos “tienen una pantalla en lugar de un espejo”.

Desde este “mágico lugar” en pleno centro de Béjar, se divisa el Teatro Cervantes con su torre, los altos campanarios de todas las iglesias, donde a veces anidan las cigüeñas, que como relata la técnico, “se elevaron un piso en el siglo XVI para que las campanas se pudieran escuchar desde cualquier punto de Béjar”. Sorprende también poder ver desde este pequeño espacio la imagen de la Virgen de la Covatilla, María Auxiliadora, el Pico del Águila y hasta los esquiadores de la estación.

Teorías y aplicación

Al principio, las Cámaras Oscuras se usaban con fines pictóricos para tomar calcos o perspectivas, así como para representar luces y sombras. Más tarde se emplearon para torres vigías, por lo que se instalaban en las costas mediterráneas para ver llegar a los barcos mercantes o piratas. Ahora “se usan con fines más turísticos”, explica la técnico de Turismo de Béjar.

Ya en su época, Aristóteles construyó la primera Cámara Oscura para comprobar sus teorías de la luz y la describió así: “Se hace pasar la luz a través de un pequeño agujero hecho en un cuarto cerrado por todos sus lados. En la pared opuesta al agujero, se formará la imagen de lo que se encuentre enfrente”. Pero la verdadera historia de este instrumento se remonta a finales del siglo X gracias al matemático árabe Alhazen, que aplicó este principio para explicar la formación de la imagen visual en el ojo, es decir la teoría de la óptica, durante su estancia en la cárcel. Más tarde, Leonardo da Vinci impulsó el desarrollo de la Cámara Oscura y la empleó para profundizar en el funcionamiento de la visión y de la luz. Por lo que, como dice Carmen Rubio, “se le atribuye el invento” al ser el primero en añadir una lente al orificio por donde entraba la luz “para obtener imágenes más nítidas”.

Desde el siglo XV y durante todo el Renacimiento, gracias a este sistema que producía la imagen especular de la realidad, artistas como Alberto Durero o Johannes Vermeer, entre otros, usaron las cámaras oscuras para reproducir imágenes y ayudarse en la elaboración de sus bocetos y pinturas con mayor realismo. De este modo, se facilitaba el dibujo al proyectarse la imagen sobre el propio soporte en el que se elaboraba la obra.

Sin duda, esta Cámara Oscura ubicada en el Palacio Ducal de Béjar, se convierte en un magnífico “tour a vista de pájaro”, por toda la historia, la arquitectura y la naturaleza de esta localidad salmantina a 360 grados y “sin moverse del sitio”.