Desde dos zonas del mundo

I.L.H.
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En su Milán natal Gina Cazzaniga dice haber recibido una educación menos machista que en España. Verónica Alcácer subraya la reducción de apoyos y la 'retirada' que notó que le exigían aquí por ser madre

Verónica Alcácer (i.) y Gina Cazzaniga. - Foto: Alberto Rodrigo

Las audiciones en la música clásica se hacen detrás del telón, por lo que al intérprete se le selecciona sin más condicionante que su modo de tocar. Quizá por eso Gina Cazzaniga tiene la impresión de que en su gremio no hay tanta desigualdad, pese a que sean muy pocas las directoras de orquesta, por ejemplo. «Mi hermano, que es violinista y director de orquesta, siempre dice que en la dirección lo que más vale son los contactos», asegura la clarinetista de la Orquesta Sinfónica de Burgos y profesora del Conservatorio de Música Rafael Frühbeck.

Su visión de la igualdad está ligada a sus orígenes. Aunque lleva en España 24 años, Cazzaniga procede de Milán (Italia) y eso hace que todavía la sorprendan algunas cuestiones culturales que arrastramos desde hace 80 años: «Tenéis un pasado que no tiene nada que ver con el mío. Cuando mis amigas españolas me cuentan algunas cosas me parece que se refieren al siglo pasado», añade refiriéndose al XIX. «Una mujer relegada en casa, cuidando de los hijos... es otro mundo completamente distinto al que he vivido con mi madre o mi abuela», sostiene pero destaca que en el sur de Italia no ocurre igual.

Verónica Alcácer, de Burgos de toda la vida por ella y por varias generaciones anteriores (es bisnieta del folclorista Justo del Río), tiene otra visión de lo que ocurre en España. «Hemos heredado culturalmente arquetipos como la sumisión. Y lamentablemente algunos se siguen repitiendo aunque ya no se eduque así ni en la familia ni en la escuela», afirma pese a que se muestra optimista sobre el futuro.

Desde el punto de vista profesional, Verónica Alcácer reseña que el mundo del arte, al que lleva vinculada desde que terminó la carrera, tiene ciertas puntualizaciones . «Nunca he sentido discriminación por ser mujer artista, en cambio si noté una gran diferencia cuando fui madre. Me encajaron en la maternidad como si eso supusiera que debía retirarme de ciertas funciones. Y los apoyos se redujeron».

Pintora y profesora, Alcácer se detiene también en el número de artistas mujeres y hombres que participan en los trabajos colectivos, por ejemplo, donde el porcentaje siempre es mayoritariamente masculino. Algo que cree que también sucede en la música ligera.

Ambas coinciden en la necesidad de que la lucha por la igualdad sea una cuestión de todos los días, y no tanto una reivindicación del 8M. Aún así, Alcácer asegura que participará «en todo lo que pueda», además de trabajarlo desde el arte, como con el proyecto que prepara para la Noche Blanca «que busca lo sensible y el lado femenino también en los hombres».