"Nos preocupa el gran aumento de los infartos en el trabajo"

G. Arce
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Jefe de la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León

"Nos preocupa el gran aumento de los infartos en el trabajo" - Foto: Alberto Rodrigo

Entre empresarios, sindicatos y trabajadores es conocido como la ‘autoridad laboral’, denominación que reconoce un papel mediador en los conflictos que desapareció tras la última reforma laboral de finales de 2012. Sin embargo, el jefe de la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León sigue siendo un observador destacado de la evolución económica de Burgos y de su mercado de trabajo y, en la persona de Andrés Padilla (Padilla de Abajo, 1956), titular del cargo desde febrero de 2015, se suma la visión de un letrado experto que acumula una trayectoria previa de 24 años de actividad en el Servicio Público Estatal de Empleo, el antiguo Inem.

Tras la crisis que soportó su antecesor en el cargo, Antonio Corbí, lleva usted cuatro años más tranquilos.

En los primeros años hemos vivido una etapa de recuperación económica, aunque ha sido lenta. Ha habido una disminución radical en la solicitud de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y de ayudas por los mismos. Si soy sincero, en la Oficina no se percibe ningún incremento de la conflictividad y nada que indique que estamos al lado de una recesión. Seguimos a los mismos niveles de ERE: el año pasado hubo 15 hasta septiembre y este hay 16 (259 trabajadores afectados en 2018 frente a los 258 de este año). Nada hace presagiar una hecatombe aunque los medios de comunicación informan de ERE a nivel nacional en empresas multinacionales, lo que afectará a Burgos.

 

Las estadísticas siguen estables pero, ¿recibe muchas llamadas de empresas preocupadas por lo que se avecina? 

Hay miedo. Ha disminuido la contratación temporal y preocupa el Brexit y las medidas arancelarias que está adoptando Estados Unidos de forma sorpresiva. De momento, es lo que hay, mañana ya se verá...

¿La falta de Gobierno en España y la convocatoria de nuevas elecciones tienen un reflejo negativo en la economía local?

Sin lugar a dudas. Tenemos estabilidad política a nivel autonómico, pero estamos a las puertas de unas nuevas elecciones. Si tuviésemos un Gobierno estable se hubieran adoptado ciertas medidas para paliar el impacto de una posible recesión o crisis. Está claro que la política influye en el día a día de una empresa. Las medidas macroeconómicas son para todos. Si los exportadores, por ejemplo, carecen de una política de ayudas a las ventas al exterior, está claro que éstas descienden como se está viendo. Si no se vende, se reduce la contratación temporal... No es de extrañar que, a día de hoy, perciba entre las empresas cierta tranquilidad mezclada con un poco de miedo...

La conflictividad laboral sí parece que aumenta.

No es un aumento considerable. Las conciliaciones laborales -un acto previo a la demanda judicial en el que participa la Oficina de Trabajo-  han crecido hasta las 2.884 demandas, lo que supera las 2.346 del año pasado hasta septiembre. Todas hacen referencia a reclamaciones por despidos, sanciones o cantidades de dinero. En este sentido, han aumentado los despidos (150 más) y las demandas por cantidades (350 más).  Insisto en que es un ámbito individual, cuestiones del trabajador con su empresa, que nunca llegan al ERE, lo que implicaría a plantillas.

¿Hasta dónde llega su autoridad si la última reforma laboral se la quitó?

En febrero de 2012 nos quitaron competencias respecto a los ERE, antes podíamos denegarlos o aprobarlos, hoy solo nos lo comunica la empresa y nosotros remitimos el expediente a la Inspección de Trabajo y al SEPE. Si no se llega a un acuerdo, ahora la empresa puede tomar una decisión final y esa sería la que se ejecutaría. Un ERE solo puede ser recurrido ante los juzgados de lo social por los trabajadores o por mí si observo que el acuerdo va contra la ley. El sí o no al ERE ya no es competencia nuestra.

 

Ustedes también ejercían una función mediadora de fondo muy importante.

Se ha perdido mucho porque no tenemos capacidad decisoria. Desde la reforma laboral solo una empresa en Burgos ha solicitado mi mediación en un ERE, antes eran comunes las reuniones y el diálogo entre las partes.

Si se derogase o cambiase la reforma laboral, ¿abogaría por recuperar su papel mediador en los conflictos?

Sería muy interesante y necesario, aunque ahora nos lo pueden pedir y no lo hacen. Lo que sí se ve es que en Europa las relaciones laborales se circunscriben entre la parte empresarial y la parte sindical, sin mediación directa por parte de la administración.

También los sindicatos han quedado debilitados, ¿no lo ve así?

Creo que no, todavía tienen en sus manos medidas de fuerza para lograr acuerdos, aunque la normativa les ha restado aspectos de la negociación colectiva que antes sí controlaban.

 

En resumidas cuentas, ¿la reforma laboral ha sido positiva?

En el momento en que entró en vigor, algo había que hacer. No quedaban más opciones y no fue dura, sino durísima. La destrucción de empleo era bestial y con el tiempo ha ido recuperándose. Recuerdo que en el 2010 en Burgos hubo 516 ERE en marcha, una verdadera barbaridad. Afortunadamente, nos hemos recuperado, aunque no estamos al mismo nivel que antes de la crisis. También es cierto que esta recuperación se asienta en unos salarios más ‘equilibrados’. Ahora convendría cambiar la reforma y dejar, por ejemplo, más holgura para negociar los convenios colectivos.

 

¿Qué ha pasado con las huelgas?

Burgos tiene una conflictividad muy baja, aunque hay huelgas y las seguirá habiendo. Por ahora, los convenios colectivos se pactan sin llegar a estos extremos. Nosotros los registramos y comprobamos si se ciñen a la legalidad vigente.

¿Cuál es la tendencia en los últimos convenios que han llegado a la Oficina?

Son conservadores, no están subiendo los salarios de una forma vertiginosa. Creo que se está mirando de reojo a lo que pueda venir.

 

Al ver tal cantidad de comercio cerrado en Burgos se puede interpretar que la economía local se está debilitando, que no hay dinero para gastar...

No, sigue siendo fuerte, pero se tiene que acomodar a los nuevos tiempos. Los grandes formatos comerciales y la venta online están castigando al pequeño autónomo. Es una situación que no podemos detener, las innovaciones cierran negocios y alientan el nacimiento de otros. Además, nos guste o no nos guste, aún persiste el miedo que generó la última crisis y eso lo notan las ventas. No obstante, lo que más me preocupa es la automoción, inmersa en el debate entre el diesel sí o no, híbrido o eléctrico... Hay grandes problemas y se nota. El automóvil son muchas industrias y aquí en Burgos es el sector más potente del que dependen todos los demás.

Pese a todo, llevamos un año récord en la apertura de negocios.

Sí, hasta septiembre nos han comunicado la apertura de 2.487 negocios que afectan a 15.955 trabajadores. El año pasado en las mismas fechas eran 2.322 empresas y 13.039 trabajadores. Son datos muy buenos.

También le preocupará el Burgos rural vaciado, que también es de su competencia.

Sin duda. Su solución es muy difícil  y creo que imposible para la gran mayoría de los pueblos pequeños. Si no hay trabajo, por mucho se invierta en internet o en asistencia social, no surgen los pueblos. La agricultura no emplea suficiente hoy.

Además, el crecimiento en la provincia es muy desigual.

Creo que la zona de Aranda y la Ribera va por el buen camino. A Miranda la crisis le hizo añicos, fue una de las zonas donde sacudió con más dureza a nivel autonómico y me atrevo a decir que a nivel estatal. Sin embargo, la Junta (a través de la Fundación Anclaje) y el Ayuntamiento de Miranda están haciendo un labor increíble atrayendo empresas y generando empleo. Esto no es fácil, aunque fallen algunas (como Vesuvius), pero creo que Miranda está recuperándose.

Aunque no sea de su competencia, ¿qué opinión tiene de lo que está ocurriendo con el Parque Tecnológico?

Esta claro que es necesario y supondrá una ayuda para el resto de actividades productivas de la provincia. Me gustaría saber lo que está pasando, porque pasa el tiempo y los plazos. Sería muy necesario que se reanudasen las obras y se pusiese en marcha.

¿Qué volumen de ayudas maneja la Oficina de Trabajo?

Aunque no es muy conocido, otorgamos en torno a 4 millones de euros en ayudas de economía social, para apoyar la ocupación de los trabajadores discapacitados. Así, a todos los que trabajan en los centros especiales de empleo les pagamos el 50% del salario mínimo (a cargo de los presupuestos del Estado) y un 25% más a aquellos trabajadores con mayor grado de discapacidad (65% física o 33% psíquico).  También ayudamos la contratación indefinida de los discapacitados.

¿Y para los desempleados?

Asumimos varias cuotas de la Seguridad Social de aquellos parados que piden el pago único del desempleo al SEPE para montar una empresa. Y también están las ayudas a los trabajadores afectados por ERE, que han  pasado de las más de 4.000 que se otorgaron al año en época de crisis a las 180 de este ejercicio.

¿La subida del salario mínimo a 900 euros ha mermado la contratación de discapacitados?

Sigue igual y sorprende. Durante la crisis, los centros especiales de empleo siguieron funcionado bien e incluso crearon puestos. Ahora se mantiene.

¿Ha aumentado la siniestralidad laboral? 

Nuestra función es asesorar e informar -no sancionar- a las empresas a través de una serie de campañas, que realizan 6 técnicos del área (son 7 en total). Últimamente registramos muchas caídas en altura (de una planta a otra de un edificio, escaleras, etc.), suelen ser mortales o tener consecuencias graves. También nos preocupan los infartos que se registran en todos los ámbitos laborales y sobre los que poco podemos hacer. Hay mucha incidencia en el transporte, tanto en los conductores como en los operarios que realizan labores de carga y descarga. Entre el 50% y el 60% de los fallecimientos todos los años lo son por infarto. Es la mayor causa de fallecimiento en el mundo laboral hoy por hoy. Entendemos que el riesgo aumenta en la medida en que hay hábitos laborales que no son saludables (el sedentarismo, la falta de ejercicio, un estilo de vida muy irregular, el estrés...). La verdad que no podemos hacer otra cosa que informar, en este asunto tienen que implicarse Trabajo, Sanidad y Bienestar Social. Salgas o no de un infarto, siempre es un drama. Construcción y transporte son sectores críticos. También se registran accidentes in itínere (en el desplazamiento hacia o desde el trabajo) por el uso de bicicletas y patinetes eléctricos. En este ámbito urge una regulación. Este año llevamos 5 muertos en accidente laboral, algunos que trabajan en otras provincias pero cuyo centro de trabajo está en Burgos. 

¿Cuenta con el equipo de profesionales que requiere su trabajo? 

Somos menos de los que deberíamos de ser. Hay jubilaciones no cubiertas y otras que están próximas. En total, sumamos 32 en plantilla, aunque trabajando 26-27.

¿El nuevo gobierno en Valladolid les ha dictado nuevas líneas de trabajo? 

Mañana tenemos la primera reunión en Valladolid para conocer las instrucciones del nuevo consejero. Por nuestra parte, les demandaremos más agilidad para cubrir las plazas de personas de la Oficina de Trabajo, tenemos que cubrir una provincia muy grande y dispersa.