Los 17 empleados de la planta de Vesuvius en Miranda no sabrán hasta dentro de un mes si pierden definitivamente su puesto de trabajo. La multinacional presentó ayer oficialmente el ERE para cerrar las plantas de Bayas y Langreo pero no anunciará el número exacto de despidos hasta que finalice el periodo de negociación con la plantilla. Aunque la compañía ya ha dejado clara su intención de cesar la actividad manufacturera en ambas fábricas, deja abierta la puerta a mantener algún puesto de funciones administrativas o buscar alternativas. Eso sí, sin especificar su oferta.

Durante los próximos 30 días ambas partes intentarán llegar a un acuerdo aunque la plantilla no está dispuesta a aceptar bajo ningún concepto el cierre ya que defiende que tanto la planta asturiana como la mirandesa son rentables. "Seguimos dando beneficios y tenemos clientes fuertes", sostienen.

La decisión de bajar la persiana no responde por tanto a motivos económicos sino a una estrategia de deslocalización ya que la propia compañía ha reconocido que su intención es concentrar la producción en pocas fábricas. En este sentido los trabajadores denuncian que Vesuvius está invirtiendo en la fábrica que tiene en Polonia para derivar allí la carga de trabajo, por lo que han pedido a la empresa que retire el expediente de extinción para sentarse a dialogar sobre el futuro sin la amenaza del despido.

Su lucha cuenta con el respaldo institucional. El ERE ha sido presentado en Asturias ya que en dicha comunidad está el mayor número de trabajadores afectados y desde la administración del Principado ya se ha manifestado la intención de reunirse con los representantes de la multinacional en los próximos días e implicar al Gobierno central en la búsqueda de una solución. La idea es seguir un plan de acción similar al fijado en su momento para salvar los puestos de la multinacional Alcoa.

Los 17 afectados de la planta de Bayas también pedirán oficialmente a la Junta que mueva ficha y todo apunta a que no habrá problemas para conformar "un frente institucional común y unido", como adelantó el portavoz socialista Luis Tudanca durante su visita a la ciudad, quien también se mostró partidario de "coordinar" las actuaciones a llevar a cabo entre todas las instituciones implicadas.

CAÍDA DEL SECTOR

La justificación de Vesuvius para presentar el ERE se basa en la inestabilidad del mercado del acero por factores no solo económicos sino también políticos y medioambientales. "La industria sufre una sobrecapacidad, una ausencia de medidas proteccionistas para frenar las importaciones de fuera de la Unión Europea y los altos costes de emisión", aseguran desde la firma con sede en el Reino Unido pero que opera en más de cuarenta países. "La previsible caída en la producción y la tensión de los mercados de Medio Oriente provocan la necesidad de reorganización", afirman en su comunicado.

Sin embargo los trabajadores defienden que tanto la planta de Bayas como la de Langreo dan beneficios y que la decisión de cerrar responde solo a una estrategia empresarial para aumentar sus ganancias sin importarles el futuro de las más de cien familias que se quedarán en la calle.

Líder global en ingeniería de metal fundido, Vesuvius cuenta con más de 10.800 trabajadores repartidos por todo el mundo, aunque casi la mitad de los mismos están en los centros que la multinacional tiene en Europa. En España, Vesuvius está presente desde el año 1989 y tiene otras dos factorías en suelo vasco.